IM MÉDICO #23

ARTRITIS REUMATOIDE im MÉDICO | 23 14 Terapias complementarias Se ha revisado recientemente el papel de las denominadas terapias complementarias en los pacientes con artritis reumatoide. En síntesis, viene a concluirse que: • Dieta: la dieta mediterránea puede beneficiar a los pacientes; además, es segura y reduce el riesgo cardiovascular, que aumenta en los pacientes con artritis reumatoide. Hay alguna evidencia de los beneficios del aceite de pescado (ricos en ácidos omega-3 insaturados); también hay evidencia in vitro e in vivo de que el aceite de oliva virgen tiene efectos beneficiosos en las enfermedades de carácter inflamatorio. • Suplementos vitamínicos: en el caso la vitamina D, hay datos in vitro y en experimentación animal de sus efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores. Estudios epidemiológicos sugieren que la suplementación con vitamina D podría tener un efecto protector sobre la susceptibilidad a desarrollar artritis reumatoide. • Probióticos: varios estudios mostraron una mejora en la valoración clínica o la percepción del paciente de la enfermedad relacionada con la ingesta de probióticos. Sin embargo, la evidencia del uso de probióticos en humanos es escasa. • Plantas medicinales: algunos medicamentos a base de plantas, como la planta usada en medicina tradicional china Tripterygium wilfordii (Enredadera Trueno Divino, Lei Gong Teng), handemostrado efectos beneficiosos para los pacientes; sinembargo, hay unabasedepruebasmuy limitadadisponible. NÚMERO DE FÁRMACOS UTILIZADOS EN EL ÚLTIMO AÑO (Analgésicos/antiinflamatorios) Ninguno 6,6% Uno 25,8% Dos 31,1% Tres 18,9% Más de tres 17,6% Fuente: Estudio Epidemiológico del dolor en reumatología en España. EPIDOR. Fundación Grünenthal y Sociedad Española de Reumatología 2003. nes, produciendo inflamación y daño en los componentes de las mismas. El hecho de que la padezcanmásmujeres que hombres pone de relieve que los factores hormonales juegan un papel importante en la aparición de la enfermedad. El único factor ambiental conocido que puede contribuir a la aparición de la artritis reumatoide es el tabaco. Los fumado- res tienen más riesgo de padecer la enfermedad. Esto puede deberse a que el tabaco puede modificar algunas proteínas humanas que, de esta manera, se convierten en objetivos que nuestro sistema inmune pretende eliminar, provocando esta respuesta autoinmune. La artritis reumatoide es la consecuencia de modificaciones en el comportamiento del sistema inmune (autoinmunidad), que ocurren por la interacción entre una cierta predisposición genética, factores hormonales y factores del entorno (infec- ciones, tabaquismo, etc) a través de mecanismos que aún no se conocen por completo. Existen algunos factores genéticos que favorecen el desarrollo de la artritis reumatoide y se han identificado algunas variantes genéticas (por ejemplo el alelo DRB1) que se asocian con formas más graves de la enfermedad, pero no se puede decir que sea hereditaria. Solo el 20% de los gemelos monocigóticos (es decir, gemelos idénticos) padecen ambos una artritis reumatoide si uno de ellos la padece. Los familiares directos de una persona con ar- tritis reumatoide (hijos, hermanos) tienen mayor probabilidad de tener la enfermedad, pero esta probabilidad sigue siendo baja. Es decir, si cualquier persona tiene menos de un 1% de probabilidades de tener artritis reumatoide, los hijos de pacien- tes con la enfermedad tienen, en el peor de los casos, un 10% de probabilidades de tenerla o lo que es lo mismo, un 90% de probabilidades de no padecerla. Un aspecto interesante de los estudios genéticos en artritis reumatoide es que, al igual que se han identificado variantes ge- néticas que confieren predisposición a padecer la enfermedad, e incluso orientan sobre su potencial gravedad, hay otras que permiten predecir la respuesta que se tendrá a determinados fármacos. Esta rama del conocimiento, actualmente en desa- rrollo, se conoce como farmacogenética y ayudará a diseñar tratamientos adaptados a las características de cada paciente. Tratamiento farmacológico Salvo en los casos de remisión espontánea, la enfermedad no tiene curación. A falta de una terapia curativa eficaz, la reduc- ción de la inflamación sinovial constituye el objetivo principal del tratamiento y todas las estrategias que consiguen la reduc- ción de la sinovitis se asocian con la mejoría del dolor, el daño estructural y la capacidad funcional. En cuanto al tratamiento farmacológico, básicamente se distinguen dos niveles: - Analgésicos, antiinflamatorios no esteroídicos (AINE) y corti- costeroides, con acción analgésica y antiinflamatoria.Facilitan el control de los síntomas más inmediatos (dolor, inflamación, rigidez articular, etc.) Los AINE no tienen efectos significativos sobre la evolución de la enfermedad, mientras que los corti- costeroides sí. - Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME; en inglés, DMARD, por Disease-ModifyingAntiRheumatic Drugs), con efectos inmunomoduladores e inmunosupreso- res, que a su vez se dividen en dos tipos: FAME sintéticos, que pueden ser convencionales y selectivos o dirigidos; y FAME biológicos (innovadores u originales y biosimilares). Los FAME se caracterizan básicamente por tener una acción específicamente

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