IM MÉDICO HOSPITALARIO #12 - page 7

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el PSA alto no es sinónimo de padecer cáncer. A veces significa que
existe una inflamación de próstata, sin más, y esto debe tenerse
en cuenta porque una biopsia no es inocua al 100%, sino que hay
pacientes que tienen hemorragias, sepsis o infecciones tras practi-
carseuna”
, subraya Palou, quien añade que actualmente se están
buscandomarcadores similares al PHI, quedeterminenmejor qué
casos deben o no deben someterse a biopsia.
En el caso del tumor de vejiga, el jefe de la unidad de Urología
Oncológica de la Puigvert, que forma parte en la elaboración de
guías clínicas europeas, afirmaquehace tiempoque se trabaja en
encontrar marcadores en la orina, que permitan detectar la pre-
sencia de células cancerígenas como lo hace el PSA en los casos
de próstata.
“Aunque es cierto que hay marcadores que detectan
proteínasogenesalterados en laorina, todavíanosehaconseguido
la especificidad o sensibilidad necesarias”
, lamenta Palou, quien
desvela, asimismo, que Fundació Puigvert cuenta con una pa-
tente para desarrollar un panel de genes que, de estar alterados,
denotan que nos encontramos ante un paciente tumoral.
Dentro de las técnicas diagnósticas más avanzadas y en desar-
rollo de la urología oncológica está la biopsia líquida, que sirve
para hacer seguimiento de los pacientes tumorales. Tal y como
señala Palou, se analiza el tumor y, a través de suADNalterado, se
obtiene una especie de DNI del tumor en cuestión.
“Si unanálisis
de sangre u orina no detecta ciertos marcadores que hasta ahora
existían es que ya no hay tumor; si aumentan, es que hay recurren-
cia”
, apunta el cirujano, una idea que, en su opinión,
“ligade lleno
con la evolución hacia unamedicina cada vez más personalizada”.
La cirugía robótica
Actualmente, la técnica novedosa en la disciplina que el Doctor
PaloudesarrollaenFundacióPuigvert es, quizá, la cirugía robótica,
que permite realizar, entre otras intervenciones prostectomías
radicales, esto es, una extirpación completa de la glándula pros-
tática, incluidas las glándulas seminales, para intentar curar un
cáncer de próstata.
“La ventaja de abordarla así es que se trabaja
en 3D, con diez aumentos, que no se transmite el temblor y que,
en definitiva, facilita la cirugía al cirujano”
, destaca Palou, quien
tampoco se olvida del paciente, cuya continencia urinaria y vida
sexual quedanmejor preservadas gracias alMétodoDaVinci, una
metodologíaque, pese a recibir la calificaciónde técnica robótica,
“es cirujano-dependiente ya que es el cirujano quien manipula”
,
matiza el director de la Escuela Europea de Urología.
Lasmejoras que aporta la cirugía robótica sonobvias y compren-
den, en palabras de Palou, desde el detalle y la precisión a la faci-
L
a unidad de Urología Oncológica que él mismo capitanea
es uno de los máximos exponentes, según el Doctor
Joan
Palou
, de los tres pilares que definen a la Fundació Pui-
gvert: asistencia, docencia e investigación. Se trata de un equipo
multidisciplinar formado por urólogos, oncólogos, radiólogos,
patólogo y radioterapeuta que aborda demanera conjunta cada
unode los casos clínicos que lleganhasta launidad, cuyoobjetivo,
además de tratar los tumores, es preservar la mayor calidad de
vida del paciente.
Todos ellos realizan una media de 1.200 cirugías al año, lo que
se traduce en una veintena por semana.
“Todas no son grandes
cirugías yni siquierasevalende técnicas robóticaso laparoscópicas,
lo que no quita que requieran del máximo rigor a la hora de limpiar
de tumores la vejiga, recortar con profundidad, etc.”
, apunta Palou,
quien incide en la importancia de un buen planteamiento qui-
rúrgico para obtener un buen postoperatorio para el paciente.
Tumores quimio-curativos y quimio-sensibles
Además de una cirugía que bebe de los avances tecnológicos a
nivel mundial y que cada vez es menos invasiva, la evaluación
previa de cada tumor es clave para garantizar no solamente una
mayor supervivencia del paciente, sino su calidad de vida. Así, a
la hora de determinar la hoja de ruta de cada tumor, Palou dife-
rencia aquellos tumores que sonquimio-curativos de los que son
quimio-sensibles.
“Unpaciente puede presentar un tumor quimio-
sensible que responda ante un tratamiento de quimioterapia pero
que no termine de desaparecer, con lo que reaparecerá y, probable-
mente, acabará provocando lamuerte del paciente. Luego, existen
los tumores quimio-curables, que son aquellos que responden a la
terapia y desaparecen en su totalidad, que desgraciadamente son
los menos comunes”
, explica el también director de la Escuela
Europea de Urología.
“En cualquier caso
–prosigue Palou-,
los
tumores que respondenbienal tratamiento suelen tener unamejor
superviviencia, con loque siempre intentamos transmitir esperanza
a nuestros pacientes, sobre todo en aquellos casos que se detectan
en estadios precoces.”
Cada caso que llega a la unidad –que actualmente participa en
más de 15 estudios de investigación clínica- pasa por tres filtros:
el delmédicoque recibe al paciente, revisa las pruebas ypropone
un tratamiento o intervención; la sesión multidisciplinaria con
todos los especialistas, donde cada viernes se presenta y debate
el caso, y una sesión previa al momento del ingreso hospitalario,
donde todos vuelven a repasar una vez más los diez o quince
casos que se intervendránal día siguiente.
“Ytodavíacabríahablar
de un cuarto filtro, que es el del médico que se encarga del ingreso
del paciente la víspera de su intervención”
, señala Palou.
Técnicas diagnósticas
En urología oncológica se trabaja conmarcadores como el PSA y
el PCA3, ambos para detectar tumores de próstata.
“El segundo,
más reciente, no se encuentrademasiado implementado en elmer-
cado, pese a que ayuda a filtrar qué pacientes deben ser sometidos
a biopsia”
, apunta Joan Palou.
“El 4K Score es más reciente y aporta un mayor rigor a la hora de
determinar qué pacientes deben someterse a biopsia, ya que tener
“Tener el PSA alto no es sinónimo
de padecer cáncer y veces significa
que existe una inflamación de
próstata, sin más”
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