Cefalea, dolor abdominal y nausas, efectos provocados por el sobreuso del Omeprazol.
Cefalea, dolor abdominal y náuseas son algunos de los efectos que está provocando en los pacientes el sobreuso del Omeprazol, un fármaco que “está siendo usado como protector gástrico sin prescripción médica y, pese a que es un principio activo seguro, no es inocuo y su consumo debe atenerse a ...
Cefalea, dolor abdominal y náuseas son algunos de los efectos que está provocando en los pacientes el sobreuso del Omeprazol, un fármaco que “está siendo usado como protector gástrico sin prescripción médica y, pese a que es un principio activo seguro, no es inocuo y su consumo debe atenerse a las indicaciones de un facultativo”, advierte el Dr. Santiago Tamames, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo y Director Médico del Hospital La Milagrosa de Madrid.
El Omeprazol forma parte de un grupo de principios activos, los Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP), muy eficaces en el tratamiento y la prevención de enfermedades frecuentes del aparato digestivo relacionadas con la secreción ácida gástrica. Es un fármaco totalmente seguro para el paciente por lo que se han convertido en los principios activos más prescritos en España y de los que se ha detectado en las últimas décadas un sobreuso, provocado tanto por errores en la prescripción como por automedicación por parte de los pacientes…
“Este sobreuso conlleva un aumento del riesgo de posibles efectos adversos a largo plazo”, explica el Dr. Tamames, en referencia a una revisión reciente publicada en la Revista Española de Enfermedades Digestivas. “El hecho de que sea un fármaco no sujeto a prescripción hace que muchas personas lo usen a modo de protector gástrico en épocas concretas del año, o ante un episodio de acidez, sin que estas situaciones respondan a las indicaciones propias de estos fármacos”.
De entre los IBP, el Omeprazol es el más económico y el más antiguo… y también el más usado: en 2010 fue el principio activo de mayor consumo en número de envases en España. Pero los IBP no son sólo el Omeprazol, hay distintos tipos: el Pantoprazol, el Lansoprezol, el Rabeprazol y el Esomeprazol.
Su aparición supuso en su momento un gran avance en el tratamiento de la enfermedad ulcerosa y el reflujo gastroesofágico, pero no siempre la prescripción se ajusta a su dosis y a las indicaciones aceptadas. De hecho, un estudio llevado a cabo en Madrid reveló que sólo el 36,4% de los consumidores de este grupo de fármacos se ajustaban a un buen criterio de prescripción. Y en Estados Unidos, este porcentaje alcanzaba al 60% de los pacientes ingresados, siendo el error de prescripción más frecuente, la prevención de lesiones gastrointestinales en pacientes de bajo riesgo.
El sobreuso del Omeprazol y otros Inhibidores de la Bomba de Protones conlleva un incremento del riesgo de efectos secundarios, entre los que los más frecuentes son cefalea, dolor abdominal, diarrea, gases, náuseas y estreñimiento. Además, se está estudiando el efecto que puede tener en la absorción de la vitamina B12 y el magnesio, porque estos dos elementos necesitan el ácido gástrico para ser absorbidos y el efecto de los IBP podría ser responsable de un déficit, tanto de Vitamina B12 como de Magnesio.
A pesar de su uso generalizado, el consumo de los IBP no es sencillo y es frecuente incurrir en errores. “El primero de ellos, la automedicación: no estamos ante un fármaco inocuo. No debe consumirse sin prescripción médica y su uso debe ceñirse a las indicaciones del médico”, advierte el Dr. Tamames. “Además, hay que ser riguroso en el seguimiento de estas indicaciones, ya que el desconocimiento de la dosis o el horario en el que los tomamos pueden reducir su efectividad”.