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La mayoría de los colectivos antivacunas usa falsas evidencias científicas para convencer de que son peligrosas

Un estudio, liderado por la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg de Baltimore, ha analizado las estrategias que siguen cerca de 500 sitios web de colectivos antivacunas para propagar sus ideas.

20/11/2015

El pasado verano, murió a consecuencia de la difteria un niño de seis años, vecino de Olot (Gerona), al que sus padres habían decidido no vacunar. Este hecho, además de provocar la pérdida de una vida, trajo a España una enfermedad que llevaba erradicada desde hace casi tres décadas gracias, ...

El pasado verano, murió a consecuencia de la difteria un niño de seis años, vecino de Olot (Gerona), al que sus padres habían decidido no vacunar.  Este hecho, además de provocar la pérdida de una vida, trajo a España una enfermedad que llevaba erradicada desde hace casi tres décadas gracias, precisamente, a las campañas de vacunación. Tal y como recoge el portal SINC, un estudio liderado por la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg de Baltimore, ha analizado las estrategias que siguen cerca de 500 sitios web de colectivos antivacunas para propagar sus ideas.

El trabajo deja ver que más de dos tercios de estas webs hacen referencias a terminología científica para apoyar la idea de que las vacunas son peligrosas. Y casi un tercio de las webs contienen anécdotas que refuerzan esta percepción.

Los sitios analizados contienen “una considerable cantidad de desinformación y pseudociencia”, dice el estudio. Más de dos tercios indican que las vacunas son peligrosas y la misma cantidad aseguran que causan autismo. Además, cuatro de cada diez de las webs dicen que las vacunas causan daño cerebral y el 66% utiliza alusiones a evidencias científicas que en realidad no lo son, mientras que tres de cada diez recurre a anécdotas para apoyar estas afirmaciones. Las webs antivacunas también promueven comportamientos considerados "positivos", entre ellos la alimentación saludable (18,5%), la ingesta de comida orgánica (5,2%) y la lactancia materna (5,5%), asegura el trabajo.

Según Meghan Moran, autora principal del estudio –que se presenta hoy en el encuentro anual de la Asociación Americana de Salud Pública de Chicago–, “la lección que hemos aprendido tras analizar estas webs es que tenemos que comunicar a los padres que dudan sobre la necesidad de vacunar a sus hijos de una forma más cercana y que aclare sus preocupaciones”.

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