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El impacto silencioso del sueño alterado en pacientes y cuidadores con Parkinson

Los trastornos del sueño son una de las manifestaciones no motoras más frecuentes y discapacitantes en la enfermedad de Parkinson, afectando no solo a los pacientes sino también a sus cuidadores. En el 11º Desafío en Neurología y bajo el lema `Un paso adelante', especialistas destacaron la importancia de analizar la enfermedad desde una visión integral.

Estado: Esperando

04/07/2025

Los trastornos del sueño son una de las manifestaciones no motoras más frecuentes e incapacitantes de la enfermedad de Parkinson (EP), con un impacto directo tanto en la calidad de vida de quienes la padecen como en la de su entorno más cercano. Así lo explicó la Dra. Jessica González ...

Los trastornos del sueño son una de las manifestaciones no motoras más frecuentes e incapacitantes de la enfermedad de Parkinson (EP), con un impacto directo tanto en la calidad de vida de quienes la padecen como en la de su entorno más cercano. Así lo explicó la Dra. Jessica González Ardura, neuróloga del Hospital Universitario de Cabueñes (Asturias), durante su intervención en el 11º Desafío en Neurología, un encuentro celebrado recientemente en Madrid y organizado por la biofarmacéutica AbbVie. Durante dos jornadas, especialistas de todo el país analizaron la enfermedad desde una perspectiva integral, bajo el lema `Un paso adelante'.

Muchos pacientes con enfermedad de Parkinson presentan alteraciones del sueño (hasta el 98% según algunos estudios) así como un alto porcentaje de cuidadores que ven mermada su calidad de su descanso debido a la enfermedad. "Durante mucho tiempo, la noche fue la gran olvidada en el abordaje del párkinson. Cuando empezamos a prestar atención a lo que ocurría mientras dormían, descubrimos que la enfermedad impacta profundamente en el descanso de los pacientes y de sus familias", señaló la Dra. González Ardura, quien, además, subrayó la necesidad de atender estos síntomas de forma integral: "Hoy sabemos que el párkinson es una enfermedad activa las 24 horas, y cada vez estamos más enfocados en tratar lo que ocurre durante la noche".

Las personas que acompañan y asisten a quienes viven con párkinson se ven intensamente afectadas por estos trastornos, ya que los síntomas nocturnos se suman a la carga física y emocional del día a día, interrumpiendo su propio descanso. "Sabemos que quienes están al lado de pacientes con problemas de sueño también experimentan una calidad de vida significativamente peor. La falta de descanso repercute en su capacidad laboral y en su bienestar físico y emocional", afirmó la especialista.

El insomnio, la alteración del sueño REM, la apnea, la nicturia o el síndrome de piernas inquietas son algunos de los problemas más habituales. "Dormir mal repercute en el desempeño diario: hay más somnolencia, aumenta el riesgo de caídas y empeora tanto el rendimiento físico como el cerebral".

Precisamente, estas alteraciones del sueño están estrechamente relacionadas con un empeoramiento de la funcionalidad por un peor rendimiento cognitivo. "Sabemos que los trastornos del sueño contribuyen a la funcionalidad de los pacientes y a su atención con un alto impacto sobre su calidad de vida y la de sus cuidadores "explicó González Ardura.

La comunicación en consulta, esencial en el abordaje del sueño

Durante su ponencia El día y la noche, la especialista destacó la importancia de mantener una conexión continua tanto con el paciente como con su entorno. "En el párkinson, y en los trastornos del sueño en particular, no disponemos de un marcador claro. No hay una analítica ni una resonancia que nos indique si alguien duerme mal o se despierta por la noche. Por lo que dependemos de lo que nos cuentan. Por eso es fundamental preguntar siempre al paciente: cómo duerme, cuántas horas, si el sueño es reparador…". En este sentido, las personas que conviven con los afectados suelen aportar información clave, al detectar comportamientos que estos a veces no pueden percibir porque ocurren durante el sueño.

Por todo ello, la Dra. González Ardura insistió en la importancia de una relación médico-paciente basada en la confianza: "Es esencial que haya una comunicación fluida que permita a los pacientes y a sus familias compartir cualquier síntoma, por insignificante que parezca. A menudo, un detalle menor puede ser la pista que nos ayude a identificar un trastorno y tratarlo adecuadamente", concluyó.

Una enfermedad compleja, progresiva y crónica

La Enfermedad de Parkinson (EP), que afecta a más de 150.000 personas en España, es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta al sistema nervioso central, produciéndose una pérdida o deterioro progresivo de las neuronas dopaminérgicas, ubicadas en una región del cerebro conocida como sustancia negra.

A medida que la EP progresa, la capacidad de controlar los síntomas se reduce y se produce un empeoramiento tanto de los síntomas motores como de los no motores. Esta heterogeneidad de los síntomas dificulta el diagnóstico inicial e implica que su grado de afectación difiera de un paciente a otro.

Entre los síntomas motores, uno de los más relevantes se denomina bradicinesia, término que se utiliza para referirse a la ralentización del movimiento que en la vida cotidiana se expresa en forma de lentitu. Respecto a los síntomas no motores destacan los problemas que dificultan el sueño que, aunque socialmente son menos conocidos, tienen una prevalencia de entre el 42% y el 98%. También los pacientes pueden presentar otros como: depresión, ansiedad, fatiga, problemas cognitivos, dolor muscular o problemas del tracto gastrointestinal.

Autor: IM Médico
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