Estado: Esperando
Un equipo investigador de la Unidad de Tuberculosis Experimental (UTE) del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) y del Hospital Germans Trias ha dado un paso adelante en la comprensión de la tuberculosis (TB) humana. Publicado en la revista Nature Communications, el trabajo demuestra por primera vez a ...
Un equipo investigador de la Unidad de Tuberculosis Experimental (UTE) del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) y del Hospital Germans Trias ha dado un paso adelante en la comprensión de la tuberculosis (TB) humana. Publicado en la revista Nature Communications, el trabajo demuestra por primera vez a nivel mundial que el estado molecular de las lesiones pulmonares se relaciona directamente con la evolución clínica de los pacientes.
Los investigadores han analizado muestras de lesiones extraídas quirúrgicamente de pacientes con TB y han estudiado qué genes están activos dentro de estas lesiones. Los resultados muestran que los pacientes con una enfermedad más grave presentan lesiones con una inflamación persistente, mientras que los que se encuentran mejor tienen tejidos que ya muestran signos de reparación.
"La inflamación es útil en las primeras fases de una infección porque ayuda a controlarla, pero si se mantiene demasiado tiempo puede acabar perjudicando al paciente", explica la Dra. Cristina Vilaplana, investigadora principal del estudio. "Lo más importante es que hemos visto que este estado inflamatorio se correlaciona con cómo se siente el paciente y con su pronóstico".
Para validarlo, el equipo ha utilizado dos indicadores clínicos: un cuestionario sobre calidad de vida respiratoria y el tiempo que tarda cada paciente en eliminar el bacilo del esputo. "Cuando una persona nos dice que se encuentra mal, los datos nos confirman que es así, porque sus lesiones están más inflamadas. Y si el bacilo persiste en el esputo después de dos meses de tratamiento, probablemente las lesiones también estarán inflamadas al final del tratamiento, y eso nos da un margen de cuatro meses para poder evitar complicaciones", añade Vilaplana.
Este hallazgo abre la puerta a nuevos enfoques en el seguimiento de la tuberculosis, permitiendo ajustar los tratamientos según la respuesta biológica y clínica de cada paciente.
El estudio se ha llevado a cabo en colaboración con centros de investigación de Georgia, el Reino Unido y España, y ha contado con el apoyo de diversas entidades financiadoras, como el CIBER, el Ministerio de Ciencia, la Comisión Europea y fundaciones internacionales.