La Sección Colegial de Médicos de Atención Primaria Rural dio a conocer en 2021 el estudio 'Medicina y médicos rurales en la actualidad', que evidenciaba algunos datos muy significativos, como que nueve de cada diez médicos rurales asumían los gastos de desplazamiento por su trabajo, sin recibir ningún tipo de ...
La Sección Colegial de Médicos de Atención Primaria Rural dio a conocer en 2021 el estudio 'Medicina y médicos rurales en la actualidad', que evidenciaba algunos datos muy significativos, como que nueve de cada diez médicos rurales asumían los gastos de desplazamiento por su trabajo, sin recibir ningún tipo de partida presupuestaria para ello. Además, concretaba que el 45% de los encuestados realizaba más de 50 Km para acudir a diario a sus poblaciones de trabajo y hasta un 5% recorría más de 200 km. Actualizar la situación respecto a los datos recogidos entonces es el objetivo que persigue la Organización Médica Colegial (OMC) con la segunda edición del estudio 'El Médico de Familia en España', desarrollado entre junio de 2024 y enero de 2025 en base a las respuestas de 1784 profesionales en ejercicio.
Los resultados de una nueva encuesta sobre la situación actual de los médicos de familia en España, con especial atención al entorno rural y su análisis comparativo rural-urbano, los ha presentado la OMC el lunes 9 de junio de la mano de Hermenegildo Marcos, representante nacional de la sección de Médicos de Atención Primaria Rural; María del Mar Martínez, representante nacional de la sección de Médicos de Atención Primaria Urbana; Jesús Rodríguez, vicepresidente segundo del Colegio de Médicos de Asturias; y José Manuel Cucalón, vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Zaragoza.
Hermenegildo Marcos, para empezar, pone sobre la mesa que "la AP está en crisis, pero entre todos debemos intentar salir de ella". Asimismo, el representante nacional de la sección de Médicos de Atención Primaria Rural explica que el objetivo del estudio es, en primer lugar, conocer el escenario presente en la Atención Primaria en este país, tanto rural como urbana. "Es muy similar al de los países de nuestro entorno, no nos sentimos ni peor ni mejor. Los problemas de atracción y retención de médicos de familia es un problema que todos los países de Europa tienen", adelanta. Al hilo, otra meta del artículo es "encontrar soluciones entre todos: gestores, profesionales médicos y sociedad".
"Prácticamente todos los problemas de la AP son comunes para rural y urbana, pero hay algunos específicos de cada grupo. En urbana la masificación es algo que sufren día a día, mientras que en las zonas rurales existe dispersión, problemas con el transporte y una mayor dificultad para la conciliación entre la vida familiar y social, fundamentalmente entre los nuevos residentes de familia", expone Marcos. Por todo ello, considera "esencial" que "todas las especialidades conozcan la forma de trabajar de los médicos de familia y se nos valore nuestro trabajo", pues es otro de los desafíos que enfrenta el primer nivel asistencial.
Diferentes problemáticas para la AP rural y la urbana
Por su parte, la representante nacional de la sección de Médicos de Atención Primaria Urbana comenta los tres puntos principales que diferencia la AP urbana de la rural. "A priori, tenemos una gran presión asistencial con una media de 35-40 consultas al día. Pero a medida que va avanzando la mañana, entre urgencias y gente sin cita, nos ponemos fácilmente en 50 o 60 pacientes", asegura María del Mar Martínez. Señala que "comparado con la pandemia puede parecer poco, pero para atender bien a nuestros pacientes necesitaríamos un número mucho menor, alrededor de los 30".
A esto se une también la población, que ha cambiado. "Está mucho más envejecida, presenta más comorbilidades, así como más problemática psicológica y social. Todos estos pacientes necesitan más tiempo de dedicación en nuestra consulta", recalca la experta.
En segundo lugar, Martínez denuncia que la plantilla es insuficiente. "Yo trabajo en un centro de salud en Ciudad Real y tengo un cupo de 1.700 plantillas. Hay compañeros que incluso llegan a las 2.000. Esto es una sobrecarga asistencial que se sale de todos los estándares. En el estatuto marco español el cupo máximo está en 1.500 pacientes por médico de familia y 1.000 en pediatría. Es decir, en la mayoría de los centros urbanos lo sobrepasamos con creces", afirma.
También esgrime que la mayoría de los centros están acreditados para la formación, "por lo que habitualmente recibimos estudiantes de medicina, de grado y residentes de medicina familiar y comunitaria; y para formar a un médico de familia necesitamos tiempo, en muchas ocasiones lo tomamos fuera de nuestro horario laboral".
Antes de finalizar su exposición, la especialista lanza una reflexión. "Ahora contamos con promociones que terminan medicina de familia. Ya que últimamente hablamos tanto de la atracción de talento, sería el momento de poder ofrecer contratos estables, libres de la precariedad laboral que hemos tenido hasta el momento, y conseguir que no se nos vayan de nuestro país. Y con ello aumentar la satisfacción tanto de profesionales como de pacientes, y en consecuencia, la calidad asistencial. Sabemos que la continuidad en el puesto de trabajo de los médicos de familia disminuye el uso de los dispositivos de urgencia, las hospitalizaciones y, por supuesto, la mortalidad".
José Manuel Cucalón, vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Zaragoza, profundiza en las particularidades del entorno rural, unas zonas donde residen más de 8 millones de habitantes de este país. "Más del 50% son mujeres. Y la edad media es elevada: más de la mitad supera los 55 años", señala como pinceladas demográficas. "Tenemos una población muy dispersa y muy envejecida, pero que tiene total y absoluto derecho a la sanidad. Se nos llena la boca hablando de igualdad y no la estamos consiguiendo en el mundo sanitario rural", denuncia.
Cucalón, que lleva ejerciendo más 40 años como médico rural, insiste en que el problema viene de hace años. De hecho, recuerda, se ha creado en el último lustro el término de 'plazas de difícil cobertura'. "Yo ya llevaba años avisando a los alcaldes que se iban a quedar sin médicos, porque todo el mundo sabía que la pirámide demográfica española era tal, que sin una planificación sanitaria de recursos humanos adecuada, iba a superar con mucho la capacidad de los profesionales a atender a la llamada generación del baby boom. Pero también los baby boom son médicos, y por tanto, se están jubilando ahora de forma masiva. Y no disponemos de residentes que cubran todas las plazas que dejan libres" , asevera.
En este sentido, considera que otra pregunta que hay que hacerse es por qué los residentes de AP no quieren ir a los entornos rurales. "La vocalía a la que pertenezco lleva años haciendo estudios precisamente para saber de quién estamos hablando, con qué herramientas tenemos, qué soluciones podemos darles. En 2021, la primera encuesta ya nos daba datos aterradores que nos advertían de que nos estábamos quedando sin médicos. Es más, había más de un 25% de profesionales que explicaba que se iban a trasladar del medio rural. En 2022-2023 hicimos otro estudio desde la vocalía de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Zaragoza porque queríamos conocer nuestra estructura, es decir, cuántos médicos rurales somos, cuántos consultorios hay en España, etc.", desarrolla.
¿Qué ha cambiado respecto a 2021 haciendo las mismas preguntas? Aparte de los datos, en opinión de Cucalón el problema de la medicina rural es multivariable. "Tendríamos que empezar a hablar del propio médico y de por qué no se cubren las plazas, de las expectativas de vida de los jóvenes de ahora. La vida ha cambiado, la sociedad ha cambiado, el mundo ha cambiado. Todo se ha tecnificado tanto que todo el mundo quiere estar en el meollo de la situación, y por tanto empezamos a ver la periferia como un lugar alejado de todo, incluso de la tecnología. Pero no solamente el médico ha cambiado, el paciente también. Es mucho más exigente, formado, quiere tener mucha más información".
Considera que parte de culpa es de la administración, "pues no ha sabido adelantar un problema que nació en 2010 con la famosa crisis económica y que sabíamos que tarde o temprano iba a llegar por el baby boom demográfico". "No sabemos cuál es la causa principal, pero la medicina de familia ha ido poco a poco a menos como especialidad. Los MIR no la eligen", esgrime.
Y en última instancia, recalca que el sistema sanitario y la medicina rural se tienen que adaptar a los nuevos tiempos. "Ahora que estamos en la época de la tecnología deberíamos ponernos en marcha. Empezando por la medicina rural, que es la que más se puede ver favorecida por ella, dado que tenemos medios para agilizar mucho la medicina, reorganizar el mapa sanitario y de efectivos. No puede ser que en 2025 tengamos un médico paralizado en un pueblo de 100 habitantes".
Carencias estructurales y problemas de conciliación
Por último Jesús Rodríguez, vicepresidente segundo del Colegio de Médicos de Asturias y alma mater del estudio junto a José Manuel Cucalón, resume los hallazgos más significativos. El análisis, compuesto por 36 preguntas distribuidas en cuatro bloques (datos demográficos, satisfacción laboral, condiciones del centro de salud y formación), constata la clara feminización de la especialidad, donde ejercen un 62% de mujeres. "Llama la atención que la mayoría de los encuestados lleva trabajando más de 26 años en AP, lo que significa que no hay una tasa de reposición en nuestros centros de salud. No hay gente joven".
Además, es significativo que el 20% no está satisfecho con su puesto actual, si bien aún habiendo falta de recursos, en el medio rural la satisfacción es mayor (83%) que en el entorno urbano (78%). Sin embargo, solo el 25% consigue conciliar la vida laboral y familiar, mientras que el 75% siente desprotección institucional.
Por otro lado, Rodríguez revela que solo el 31% considera adecuada la infraestructura de su centro de salud, y en el otro extremo, el 34% afirma tener el equipamiento de diagnóstico necesario en su centro de trabajo. En comparación con los datos de 2021, falta inversión y reposición de material.
Un aspecto que sí mejora en relación a la primera encuesta es que el 65% trabajan en centros acreditados para formación MIR. Aunque solo el 30% de los encuestados actúan como tutores, siendo mayor la proporción en zonas rurales.
Las problemáticas específicas del medio rural continúan en la línea de lo expuesto en 2021: el 25% recorre más de 30 kilómetros para trabajar, el 65% usa vehículo propio sin compensación y el 25% no disfrutan de descanso tras las guardias. Se enfrentan, asimismo, las carencias estructurales y falta de reconocimiento, junto a una mayor dificultad para la conciliación. Con todo, esta problemática constituye una "insatisfacción generalizada" en la AP: el 75% de los encuestados considera deficiente la conciliación laboral y familiar, el mismo porcentaje que declaran sentir una escasa protección institucional por parte de la administración.
En resumidas cuentas, persisten desigualdades entre entornos rurales y urbanos. "El medio rural goza de más estabilidad, pero sufre mayores carencias logísticas. Por todo ello, urge mejorar las condiciones laborales, materiales y de reconocimiento hacia la AP, al tiempo que potenciar la formación y docencia como eje estratégico de mejora", concluye.