Científicos de diversos centros japoneses han establecido que los rasgos del ADN tumoral circulante, antes del inicio de la terapia de primera línea con osimertinib, se socia a la respuesta a este fármaco en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico avanzado. Los que presentaron mutaciones activadoras en el EGFR ...
Científicos de diversos centros japoneses han establecido que los rasgos del ADN tumoral circulante, antes del inicio de la terapia de primera línea con osimertinib, se socia a la respuesta a este fármaco en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico avanzado. Los que presentaron mutaciones activadoras en el EGFR en la biopsia líquida tuvieron un riesgo significativamente mayor de progresión de la enfermedad a los 6 meses. Estos pacientes también presentaron mayor número de mutaciones en genes distintos del EGFR y una mediana de supervivencia global de apenas 12 meses, en marcado contraste con los 41 meses en pacientes sin estas mutaciones. El impacto deletéreo de las mutaciones en el EGFR se manifestó, además, sobre la supervivencia libre de progresión, cuya mediana se redujo a casi la mitad, en comparación con los pacientes sin ellas.
Yasuhiro Koh, investigador de la Universidad Médica de Wakayama y director del estudio, afirma que la progresión temprana de la enfermedad también fue más probable en pacientes en las que la frecuencia de variantes alélicas del EGFR se mantuvo inalterada con el tratamiento. El científico prosigue indicando que aunque algunos estudios previos habían identificado rasgos histológicos o moleculares asociados a la resistencia a osimertinib, hasta ahora apenas existía información sobre biomarcadores predictivos de resistencia en el tratamiento de primera línea con este fármaco.
Los actuales hallazgos adquieren particular relevancia al considerar que no existen recomendaciones clínicas después del fracaso de esta terapia, circunstancia que impone la necesidad de identificar de antemano a los pacientes con baja probabilidad de obtener beneficio, concluye Koh.