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En muchos países, la obesidad infantil está aumentando más rápido que en los adultos. Aproximadamente el 10% de los niños en edad escolar en todo el mundo de 5 a 17 años son obesos o tienen sobrepeso, con el riesgo añadido de mayor morbilidad más adelante en la vida, independientemente de ...
En muchos países, la obesidad infantil está aumentando más rápido que en los adultos. Aproximadamente el 10% de los niños en edad escolar en todo el mundo de 5 a 17 años son obesos o tienen sobrepeso, con el riesgo añadido de mayor morbilidad más adelante en la vida, independientemente de si continúa en la edad adulta. La hipertensión, la diabetes tipo 2, la dislipidemia, la hipertrofia ventricular izquierda, la esteatohepatitis no alcohólica, la apnea obstructiva del sueño y los problemas ortopédicos y psicológicos también están asociados con la obesidad pediátrica.
Además de las variables genéticas y ambientales, la microbiota intestinal desempeña un papel esencial en el desarrollo de la obesidad. En este sentido, los antibióticos, al administrarse regularmente a bebés y niños. contribuyen significativamente a alterar la microbiota intestinal, de hecho, hasta un 40% de los bebés están expuestos a estos fármacos. Asimismo, aproximadamente una cuarta parte de ellos están expuestos a antibióticos durante el embarazo y un tercio durante el parto vaginal.
"Sobre todo la exposición a antibióticos durante los dos primeros años de vida puede tener una preocupante asociación con el aumento de peso infantil que la que se produce durante las etapas del embarazo u otras edades tempranas", según concretó la Dra. Sofia Ainonen, doctora en medicina y en filosofía, de la Universidad de Oulu (Finlandia) y autora principal de un reciente estudio en este terreno, presentado en la Reunión 2025 de las Sociedades Académicas de Pediatría (PAS), que se celebra estos días.
El estudio se basó en el seguimiento a 33.095 niños nacidos por vía vaginal en Finlandia para ver si los antibióticos antes del embarazo, durante el período perinatal y después del embarazo estaban asociados con un IMC más alto a los dos y a los 12 años.
En concreto, los investigadores pudieron comprobar que los niños expuestos a antibióticos durante los dos primeros años de vida tenían un IMC 0,067 veces mayor ajustado por edad y sexo, un riesgo 9% mayor de tener sobrepeso y un riesgo 20% mayor de ser obesos que los niños que no estaban expuestos. Por otra parte, no encontraron correlación entre el IMC y el uso de antibióticos antes del embarazo, durante el embarazo o al nacer.
"Los profesionales sanitarios deben ser cautelosos al recetar antibióticos a niños pequeños, especialmente antibióticos innecesarios para infecciones de las vías respiratorias superiores", concluyeron los autores de este trabajo.