Científicos de diversos centros chinos han demostrado que los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico en estadios IIIB-IV y mutaciones infrecuentes en el gen del EGFR, distintas de las inserciones en el exón 20, se benefician más de la terapia con inhibidores de las tirosín-quinasas que de la quimioterapia. En el examen de casi 140 pacientes, el tratamiento de primera línea con afatinib u osimertinib ofreció tasas de respuesta objetiva del 43 y del 28%, respectivamente, con una mediana de supervivencia global de 21 meses en ambos casos. 

Afatinib también destacó en pacientes con la mutación L861Q, cuya mediana de supervivencia libre de progresión (SLP) superó los 18 meses. En contraste, la ausencia de las mutaciones L861Q y G719X se asoció a mayor SLP en pacientes tratados con osimertinib, en comparación con los que sí las presentaban. Defeng Hu, investigador de la Universidad de Chongqing y coautor del estudio, afirma que ambos fármacos mostraron ser superiores a otros fármacos de primera generación de la misma clase y a la quimioterapia, la cual ofreció una tasa de control de la enfermedad del 74%, frente a más del 95% con cualquiera de los dos inhibidores. 

Esta diferencia fue también patente al considerar la SLP, que apenas superó los 4 meses con la quimioterapia, asegura el científico. A pesar de la elevada eficacia de afatinib, su uso se asoció a mayor incidencia de rash, acné y úlceras bucales, en comparación con todos los demás grupos de tratamiento. Hu concluye indicado que osimertinib destacó por su mayor tolerabilidad, especialmente la hepática, distinguiéndose de afatinib y de la quimioterapia por la reducida incidencia de las elevaciones de las transaminasas.