La enfermedad de Huntington es una enfermedad neurodegenerativa genética devastadora caracterizada por la pérdida de neuronas espinosas medianas (NME) del núcleo estriatal y la neurodegeneración estriatal que conduce a un deterioro de la función motora, cognitiva y neuropsiquiátrica. Por lo general, está causada por expansiones repetidas de tres bloques de ADN ...
La enfermedad de Huntington es una enfermedad neurodegenerativa genética devastadora caracterizada por la pérdida de neuronas espinosas medianas (NME) del núcleo estriatal y la neurodegeneración estriatal que conduce a un deterioro de la función motora, cognitiva y neuropsiquiátrica. Por lo general, está causada por expansiones repetidas de tres bloques de ADN (C, A y G) en el gen huntingtina. Esta secuencia tiende a expandirse continuamente en ciertas células a lo largo de la vida de una persona, en un proceso conocido como expansión somática de CAG. Esta expansión continua acelera la neurodegeneración, haciendo que las células cerebrales sean más vulnerables con el tiempo. Las personas con un progenitor afectado tienen un 50 % de probabilidades de heredar la mutación de la enfermedad de Huntington, lo que significa que desarrollarán síntomas de la enfermedad, generalmente en la edad adulta.
Sobre esta patología, una reciente investigación, publicada en 'Nature Medicine', halló que, si bien funciones como el movimiento, el pensamiento o el comportamiento permanecieron normales durante mucho tiempo antes de la aparición de los síntomas de la enfermedad de Huntington, se estaban produciendo cambios sutiles en el cerebro hasta dos décadas antes.
Este estudio es el primero en establecer un vínculo directo entre la expansión de repeticiones CAG somáticas, medida en sangre, y los cambios cerebrales tempranos en humanos, décadas antes del diagnóstico motor clínico de la enfermedad de Huntington.
Sus autores, investigadores del Colegio Universitario de Londes, junto con expertos de las Universidades de Glasgow, Gotemburgo, Iowa y Cambridge. estudiaron a 57 personas con expansión del gen de la enfermedad de Huntington, a quienes se les calculó que les esperaba una media de 23,2 años desde el diagnóstico clínico motor previsto.
A los participantes se les examinó en dos momentos a lo largo de aproximadamente cinco años para ver cómo cambiaban sus cuerpos y cerebros con el tiempo. Sus resultados se compararon con los de 46 participantes de control, estrechamente emparejados por edad, sexo y nivel educativo.
Como parte del estudio, todos los participantes se ofrecieron voluntariamente a someterse a evaluaciones integrales de su pensamiento, movimiento y comportamiento, junto con escáneres cerebrales y muestras de sangre y líquido cefalorraquídeo.
Es importante destacar que el grupo con expansión del gen de la enfermedad de Huntington no mostró disminución en ninguna función clínica (pensamiento, movimiento o comportamiento) durante el período de estudio, en comparación con el grupo de control estrechamente emparejado.
Sin embargo, en comparación con el grupo de control, se detectaron cambios sutiles en los escáneres cerebrales y en los biomarcadores del líquido cefalorraquídeo de aquellos con expansión genética de la enfermedad de Huntington. Esto indica que el proceso neurodegenerativo comienza mucho antes de que los síntomas sean evidentes y antes de un diagnóstico clínico motor.
En concreto, los investigadores identificaron niveles elevados de cadena ligera de neurofilamentos (NfL), una proteína que se libera en el líquido cefalorraquídeo cuando las neuronas se lesionan, y niveles reducidos de proencefalina (PENK), un neuropéptido marcador del estado sano de las neuronas que podría reflejar cambios en la respuesta del cerebro a la neurodegeneración.
"Nuestro estudio subraya la importancia de la expansión de la repetición somática CAG que impulsa los primeros cambios neuropatológicos de la enfermedad en seres humanos vivos con la expansión del gen de la enfermedad de Huntington. Esperamos que los ensayos clínicos destinados a prevenir esta patología se conviertan en una realidad en los próximos años", concluyó la autora principal, la prof. Sarah Tabrizi (UCL Huntington's Disease Research Centre, UCL Queen Square Institute of Neurology y UK Dementia Research Institute at UCL).