El diagnóstico de una infección posquirúrgica se sustenta, por lo general, en síntomas como fiebre y dolor abdominal. Sin embargo, dichos síntomas suelen tardar varios días en aparecer y lo hacen, muchas veces, después de que los pacientes hayan recibido el alta hospitalaria y hayan regresado a su hogar. Desde el ...
El diagnóstico de una infección posquirúrgica se sustenta, por lo general, en síntomas como fiebre y dolor abdominal. Sin embargo, dichos síntomas suelen tardar varios días en aparecer y lo hacen, muchas veces, después de que los pacientes hayan recibido el alta hospitalaria y hayan regresado a su hogar. Desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico se calcula que puede transcurrir de media 8,8 días.
Durante ese tiempo, el paciente puede someterse a pruebas como análisis de sangre, cultivos, radiografías y tomografías computarizadas, y también puede ser readmitido en el hospital. Estos costes podrían reducirse significativamente o evitarse con una detección e intervención tempranas.
En este contexto, cirujanos de Hamilton Health Sciences (HHS) en Ontario (Canadá) están experimentando con una herramienta de inteligencia artificial (IA) que puede detectar signos de complicaciones potencialmente mortales de forma temprana en pacientes que se recuperan de ciertas cirugías colorrectales, hepáticas y pancreáticas.
Detección temprana de fugas
La herramienta ha sido especializada en la detección temprana de fugas potencialmente mortales de contenido intestinal, como materia fecal o bilis, hacia la cavidad abdominal y el torrente sanguíneo en los días posteriores a la cirugía. Estas fugas posquirúrgicas a veces ocurren cuando se cortan y se vuelven a unir secciones del intestino o del conducto biliar y las suturas se sueltan accidentalmente.
Esta complicación, conocida como fuga anastomótica, se produce en aproximadamente el 20 por ciento de las cirugías de resección pancreática, según detalló el Dr. Pablo E. Serrano, cirujano del HHS que dirige el ensayo. "De ese 20 por ciento, el cinco por ciento de los pacientes morirá por complicaciones de la fuga, como infecciones o sepsis, por lo que es un problema puede ser grave".
En el 15 por ciento de las resecciones hepáticas se produce una fuga de bilis después de la cirugía, y también en el 5 por ciento de las resecciones intestinales. Esto sucede con mayor frecuencia en las cirugías de resección de páncreas y hígado porque esos órganos son blandos, lo que dificulta la sujeción de las suturas. El intestino es más denso y musculoso, lo que facilita mantener los puntos en su lugar.
"Con esta tecnología, los cirujanos pueden confiar en el análisis químico del líquido filtrado para predecir una infección e intervenir de manera temprana, en lugar de esperar a que se desarrollen los síntomas ", señaló el Dr. Serrano
Este estudio, según sus autores, "tiene el potencial de transformar por completo la forma en que gestionamos las complicaciones posquirúrgicas. Además de salvar vidas, se espera que la detección temprana también ahorre a los hospitales costes económicos porque se necesitarán menos pruebas para diagnosticar y tratar a los pacientes, y habrá menos pacientes que tengan que ser readmitidos en el hospital".