Los resultados de un estudio retrospectivo realizado sobre más de 18.000 pacientes oncológicos indican que un valor elevado en la proporción entre la glucosa y la albúmina (PGA) circulantes se asocia a mayor riesgo cardiovascular, después de la quimioterapia con antraciclinas. Estos pacientes presentaron mayor probabilidad de experimentar accidentes cardiovasculares ...
Los resultados de un estudio retrospectivo realizado sobre más de 18.000 pacientes oncológicos indican que un valor elevado en la proporción entre la glucosa y la albúmina (PGA) circulantes se asocia a mayor riesgo cardiovascular, después de la quimioterapia con antraciclinas. Estos pacientes presentaron mayor probabilidad de experimentar accidentes cardiovasculares graves, muerte por cualquier causa o causas cardiovasculares, así como de hospitalización por insuficiencia cardíaca. El incremento de riesgo fue manifiesto al considerar los cuartiles ascendentes de la PGA, según afirma Kai-Hang Yiu, investigador de la Universidad de Hong Kong y codirector del estudio.
Aunque éste también halló una correlación similar con otros parámetros metabólicos y nutricionales, la PGA elevada fue la que mostró mayor significancia con respecto a los accidentes cardiovasculares, asegura el científico. Esta asociación mantuvo su solidez, incluso al considerar factores demográficos y clínicos, tales como las comorbilidades, la composición del régimen de tratamiento y la dosis de antraciclinas. La PGA también demostró su capacidad predictiva a largo plazo, ofreciendo una fiabilidad del 70% en la estimación de riesgo de hospitalización por fallo cardíaco a los cinco años.
Yiu prosigue indicando que los resultados son consistentes con los de estudios previos, los cuales demostraron los efectos deletéreos de la hiperglucemia y de la hipoalbuminemia en pacientes con enfermedades cardiovasculares. La hiperglucemia puede exacerbar el estrés oxidativo, con el consiguiente impacto sobre las células endoteliales, mientras que la hipoalbuminemia refleja insuficiencias nutricionales que reducen la capacidad de hacer frente a esos procesos patológicos, concluye el investigador.