Los 12.021 euros de la Consejería de Sanidad se suman a los 18.030 otorgados por el Ministerio de Sanidad.
Después de una ardua gestión realizada por la Asociación Cántabra de Hemofilia junto a la Federación Española de Hemofilia (FedHemo), la consejera de Sanidad y Servicios Sociales, María José Sáenz de Buruaga, atendió la reivindicación de la asociación. En este sentido, de Cantabria se unirá a las Comunidades Autónomas de ...
Después de una ardua gestión realizada por la Asociación Cántabra de Hemofilia junto a la Federación Española de Hemofilia (FedHemo), la consejera de Sanidad y Servicios Sociales, María José Sáenz de Buruaga, atendió la reivindicación de la asociación. En este sentido, de Cantabria se unirá a las Comunidades Autónomas de Cataluña, Valencia, Canarias, Galicia, País Vasco, Murcia, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón en la concesión de ayudas complementarias a los pacientes con hemofilia y otras coagulopatías congénitas, afectados por VHC a causa de los contagios por el tratamiento con productos hemoderivados y transfusiones sanguíneas, en las décadas de los 70 y 80.
Fedhemo y la Asociación Cántabra de Hemofilia recuerdan que el Gobierno central aprobó una serie de ayudas sociales para este tipo de pacientes, que se verían cumplimentadas con otras ayudas complementarias aprobadas en las respectivas Comunidades Autónomas. De esta manera, los 12.021 euros aprobados por la Consejería de Sanidad se suman a los 18.030 euros otorgados por el Ministerio de Sanidad. En este sentido el presidente de la Asociación Cántabra de Hemofilia, Oliver Alonso, considera “muy positivo la decisión de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, de incluir en los presupuestos generales de Cantabria una partida presupuestaria a tal fin. Tras 12 años reivindicando este derecho a los distintos gobiernos regionales tenemos un sentimiento agridulce, ya que de las diez personas que se podrán beneficiar de dichas ayudas sociales, sólo seis están vivas”. Estos contagios por el virus del VHC han causado estragos entre el colectivo de personas con coagulopatías, “pero no dejan constancia de la situación actual de los pacientes cuya calidad de vida se ha visto mermada por semejante desastre socio-sanitario”, concluyó Alonso.