La educación, la ocupación, los ingresos, la posición social u orientación sexual son algunos de los determinantes sociales de salud (DSS) que afectan de forma más negativa a las personas que conviven con el VIH, especialmente en poblaciones como las personas mayores o las mujeres. Asimismo, estos factores pueden determinar ...
La educación, la ocupación, los ingresos, la posición social u orientación sexual son algunos de los determinantes sociales de salud (DSS) que afectan de forma más negativa a las personas que conviven con el VIH, especialmente en poblaciones como las personas mayores o las mujeres. Asimismo, estos factores pueden determinar la aparición de problemas de salud mental o consumo de sustancias, entre otras consecuencias, según se ha puesto de manifiesto durante la Conferencia Debate `Determinantes Sociales de la Salud´, organizada por MSD en el marco de la Reunión `Hacer Vihsible lo invisible´, de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA).
Se conocen como determinantes sociales en salud todos aquellos aspectos que condicionan la existencia de desigualdades que impactan en la salud, calidad y esperanza de vida de las personas. Son algunas de las condiciones en las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, así como el conjunto de sistemas que dan forma a las condiciones de la vida diaria de la sociedad.
De hecho, según el Libro de la Salud del Hospital Clínic de Barcelona y la Fundación BBVA, los resultados en salud dependen en un 27% de los factores biológicos y genéticos; en un 43% de los estilos de vida; en un 11% del sistema sanitario y en un 19% de las condiciones medioambientales.
"Los determinantes sociales de la salud muchas veces no se tienen en cuenta en el cuidado de los pacientes y no se visibilizan, siendo algo muy importante porque condicionan la vida de una persona", ha afirmado José Antonio Pérez Molina, presidente de SEISIDA, para destacar la necesidad de celebrar debates sobre estos determinantes porque son los que indican la "salud de la población".
En este sentido, Joaquín Mateos, director médico de MSD en España, ha recordado que la compañía ha estado, está y estará siempre comprometida con el cuidado de los pacientes con VIH y, muestra de ello, es el foco en la investigación de tratamientos innovadores que han contribuido y contribuirán a mejorar la salud y la calidad de calidad de vida de los pacientes. Asimismo, la celebración de distintos debates sobre los determinantes sociales de la salud en este colectivo es importante. "Desde MSD tenemos un compromiso con los pacientes y por ello desarrollamos iniciativas a nivel global y local para hacer frente a las desigualdades causadas por estos determinantes", ha asegurado.
La soledad de los pacientes
Y es que, tal y como ha añadido el Dr. Pérez Molina, es necesario que, en un escenario en el que se está logrando controlar la parte biomédica del VIH, nos centremos también en la parte social y humana que tanto impacta en la salud de las personas con VIH, en sus familiares y en la sociedad general.
En concreto, uno de los problemas que más afectan a las personas mayores que viven con VIH, y que les hacen más vulnerables socialmente, es la soledad y la falta de redes de apoyo. "La población con VIH en España está envejeciendo y muchos de los pacientes que conviven con el virus desde hace décadas, tienen graves problemas de soledad porque han perdido gran parte de su red social, bien por el propio virus o por el estigma que han soportado secularmente", ha comentado el doctor.
Al mismo tiempo, la clase social, el estatus migratorio o el consumo de sustancias, impactan negativamente en las personas con VIH, las cuales tienen más dificultades para recibir ayuda, bien porque no acuden o no pueden acceder a los servicios sanitarios, o bien porque se sienten estigmatizadas.
"Es necesario aumentar la visibilidad de los profesionales médicos especializados en esta enfermedad, para que los pacientes más jóvenes no se queden en un futuro sin médicos con la formación necesaria para atender el VIH", ha recalcado.
"Aunque en España el estigma ha disminuido en los últimos 10 años, todavía hay un 17% de la población que asegura que evitaría el contacto con una persona con VIH, un 10% dice que no tendría ningún tipo de relación y sólo un 9% querría ser su vecino", ha lamentado el Dr. Pérez Molina.
Las barreras en el acceso al sistema sanitario son --ha apostillado el doctor-- otro de los determinantes sociales en salud que más presentes están en España, sobre todo entre la población inmigrante en situación irregular. Un hecho que, según ha recordado, pone en riesgo la salud pública, puesto que si no se atiende correctamente a estos pacientes se corre el riesgo de una mayor transmisión del virus y de la presencia de complicaciones en las personas afectadas.
Por último, el doctor Pérez Molina ha reiterado la importancia de trabajar entre todos los actores involucrados sobre los determinantes sociales en salud para mejorar tanto la salud de las personas con VIH como de la sociedad en general.
En la misma línea, el Dr. Joaquín Mateos ha concluido que es necesario poner al paciente en el centro del sistema, garantizar una atención personalizada a cada uno de ellos e implicar a las administraciones, profesionales y asociaciones de pacientes, un enfoque por el que MSD trabaja, con especial foco en el abordaje individualizado de cada una de las necesidades que presentan estas poblaciones.