Tras la reciente declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el fin de la emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés) por la COVID-19, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) no ha tardado en expresar en una declaración firmada por su directora ejecutiva, Emer Cooke, la COVID-19 "sigue siendo una amenaza para la salud mundial y, ante el riesgo de aparición de nuevas variantes, no podemos bajar la guardia", tal como ha subrayado su portavoz.

Asimismo, Cooke ha remarcado su compromiso con la UE "para dar respuesta a la amenaza del COVID-19 y garantizar que las vacunas y tratamientos nuevos o adaptados estén disponibles según sea necesario"."No debemos olvidar la magnitud de esta emergencia de salud. Estamos trabajando para asegurarnos de que las lecciones aprendidas durante la pandemia de COVID-19 se utilicen para prepararnos mejor para cualquier futura emergencia de salud pública que podamos enfrentar", tal como ha señalado la representante de la EMA.

Y es que como ha recordado, "los últimos tres años han puesto a prueba el sistema regulatorio hasta el límite, pero a medida que la pandemia llega a su fin, sin duda hemos salido más fuertes, más coordinados tanto a nivel de la UE como a nivel internacional, y mejor preparados para futuras crisis".

En cuanto a futuras actuaciones de esta Agencia europea, "ahora haremos ajustes con respecto a ciertas actividades que solo son necesarias o, incluso, están reservadas para este tipo de crisis. Proporcionaremos actualizaciones sobre estos cambios en las próximas semanas", tal como ha avanzado Cooke.

Satisfacción por el manejo de la situación

Por otra parte, la responsable de la Agencia Europea del Medicamento no ha dudado en expresar su satisfacción "por la forma en que respondimos: la Estrategia de Vacunas de la UE aseguró que todos y cada uno de los países de la UE pudieran tener acceso a vacunas y terapias seguras, efectivas y de alta calidad para proteger sus ciudadanos". "La EMA -añade- brindó recomendaciones científicas sólidas, una evaluación oportuna de nuevas vacunas y terapias, adaptando sus recomendaciones a medida que evolucionaba el virus, y ayudó a mitigar la escasez".

Desde su punto de vista, "las olas de desinformación socavaron la confianza en nuestro trabajo y experiencia científica y, en última instancia, pusieron en riesgo millones de vidas. No debemos olvidar que fue la ciencia la que nos trajo los avances en vacunas y la que nos liberó de los bloqueos, y fueron los científicos quienes proporcionaron información confiable y objetiva cuando más importaba".

También ha destacado la fructífera colaboración entre los reguladores internacionales a través de la Coalición Internacional de Autoridades Reguladoras de Medicamentos (ICMRA) y ha agradecido, además, la labor de todas las partes interesadas involucradas en la respuesta a la crisis.