Publicidad
Publicidad

Señalan el valor cardioprotector de la espironolactona frente a la cardiotoxicidad de la quimioterapia

El fármaco mejora la función ventricular con mayor robustez que enalapril, nebivolol o las estatinas, según un voluminoso estudio.

08/05/2023

Un equipo dirigido por investigadores de la Universidad de Buffalo ha llevado a cabo un metanálisis dirigido a identificar cuáles son los fármacos más eficaces en la gestión de la cardiotoxicidad asociada al uso de quimioterapia en pacientes con cáncer. En el examen de 33 ensayos clínicos aleatorizados con más ...

Un equipo dirigido por investigadores de la Universidad de Buffalo ha llevado a cabo un metanálisis dirigido a identificar cuáles son los fármacos más eficaces en la gestión de la cardiotoxicidad asociada al uso de quimioterapia en pacientes con cáncer. En el examen de 33 ensayos clínicos aleatorizados con más de 3000 pacientes, los científicos han determinado que la espironolactona es el fármaco que mejora en mayor medida tanto la fracción de eyección ventricular izquierda (LVEF) como la elevación de los niveles de troponina circulante. El efecto sobre la LVEF fue superior al observado con nebivolol, estatinas o enalapril. Sin embargo, este último fármaco se asoció a mayor reducción de los niveles del péptido natriurético cerebral y a riesgo más bajo de desarrollar insuficiencia cardíaca. A pesar de las ventajas de la espironolactona, el análisis también confirma el valor de los antagonistas del receptor de la aldosterona, los bloqueantes de los receptores beta y de la angiotensina, así como de los inhibidores del sistema renina-angiotensina, como terapias cardioprotectoras.

Zachary Brumberger, director del estudio, subraya la relevancia de los hallazgos aludiendo a la elevada proporción de pacientes con cáncer que desarrollan cardiotoxicidad, particularmente en tratamientos que contienen antraciclinas, ciclofosfamida y trastuzumab, en los que la incidencia alcanza el 27%. Este efecto adverso ocurre incluso en pacientes sin historial de enfermedad cardiovascular y se desarrolla de manera temprana o tardía, manifestándose esta última como cardiomiopatía años después de la finalización del tratamiento. El actual estudio es el mayor de su clase, incluyendo además una elevada proporción de ensayos contemporáneos, realizados entre 2019 y 2021, señala Brumberger.

Publicidad
Publicidad
Nuestros Podcasts