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La regeneración del hueso tiene un importante componente inmunológico

Un estudio describe el papel clave de la polarización de los macrófagos en la regeneración inducida por dosis bajas de radiación ionizante.

10/04/2023

Científicos chinos han descubierto que la irradiación del hueso a dosis de 2 Grey o inferiores, no sólo estimula la proliferación de los osteoplastos, sino también la diferenciación de los macrófagos hacia el fenotipo antiinflamatorio M2. Este efecto inmunológico está asociado a una exitosa reparación de defectos craneales, como se ...

Científicos chinos han descubierto que la irradiación del hueso a dosis de 2 Grey o inferiores, no sólo estimula la proliferación de los osteoplastos, sino también la diferenciación de los macrófagos hacia el fenotipo antiinflamatorio M2. Este efecto inmunológico está asociado a una exitosa reparación de defectos craneales, como se demostró en un modelo animal. En éste la radiación ionizante promovió el crecimiento del tejido óseo, aumentando tanto su volumen como el grosor trabecular a los 28 días. En la periferia del defecto craneal de los animales tratados los investigadores constataron una reducción de la frecuencia de macrófagos proinflamatorios de tipo M1, con un concomitante incremento de los de tipo M2. La alteración en la proporción de ambos tipos de macrófagos fue máxima en los animales tratados con la dosis de 2 Grey, en los que las respectivas proporciones fueron del 26 y del 251%, en comparación con los animales sin irradiación. Estos cambios fueron acompañados por un incremento de los niveles del marcador osteogénico RUNX2.

Xinye Ni, científico de la Universidad Médica de Nanjing y director del estudio, afirma que las dosis de radiación superiores a la indicada tuvieron el efecto opuesto sobre los macrófagos, y ninguno sobre la regeneración ósea. Notablemente, los cambios inmunológicos se vieron también reflejados en la circulación, lo que podría ser útil en la monitorización de la eficacia de este potencial tratamiento. Ni señala que las mismas dosis de radiación en animales sanos indujeron cambios similares en la polarización de los macrófagos, si bien ésta fue menos duradera, restableciéndose a sus niveles iniciales ya a los 14 días. Los investigadores valoran esta observación indicando que el organismo sano tiende a restablecer más rápidamente el equilibrio normal de estas células.

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