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Inyecciones mensuales de fitusiran para combatir las hemorragias en pacientes con hemofilia A y B

La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario de por vida, que afecta sobre todo a los hombres y provoca que los pacientes con hemofilia A o B carezcan parcial o totalmente de un factor de coagulación diferente, proteínas naturales que ayudan a formar coágulos sanguíneos para detener las hemorragias.

31/03/2023

Las inyecciones profilácticas mensuales de fitusiran son eficaces para reducir las hemorragias en pacientes con hemofilia A o B, según dos ensayos controlados aleatorizados publicados simultáneamente en las revistas ´The Lancet´ y ´The Lancet Haematology´. La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario de por vida, que afecta sobre todo a ...

Las inyecciones profilácticas mensuales de fitusiran son eficaces para reducir las hemorragias en pacientes con hemofilia A o B, según dos ensayos controlados aleatorizados publicados simultáneamente en las revistas ´The Lancet´ y ´The Lancet Haematology´.

La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario de por vida, que afecta sobre todo a los hombres y provoca que los pacientes con hemofilia A o B carezcan parcial o totalmente de un factor de coagulación diferente, proteínas naturales que ayudan a formar coágulos sanguíneos para detener las hemorragias (VIII y IX, respectivamente).

Las personas con hemofilia A y B sangran espontáneamente en articulaciones o músculos y pueden tardar mucho más en dejar de sangrar tras una lesión. El tratamiento profiláctico tiene por objeto reducir las hemorragias espontáneas mediante la administración periódica de fármacos que mejoran la hemostasia.

Las terapias con pequeños ARN interferentes (siARN) son un nuevo tipo de tratamiento que actúa interfiriendo en la producción de proteínas específicas. Fitusiran es el primer ARNsi desarrollado para la hemofilia y se dirige a la antitrombina (una proteína que reduce la coagulación de la sangre) para aumentar la capacidad de coagulación.

Su novedosa forma de detener las hemorragias significa que es el primer tratamiento profiláctico que funciona tanto para pacientes con hemofilia A como B con o sin inhibidores. Sin embargo, aún no está aprobado para su uso fuera de los ensayos clínicos.

Los pacientes con hemofilia a los que se administra el factor de coagulación de sustitución que les falta, pueden desarrollar una reacción inmunitaria contra este tratamiento. Esta reacción inmunitaria desencadena el desarrollo de inhibidores que hacen ineficaz la terapia de sustitución y crea la necesidad de tratamientos alternativos que puedan evitar esta reacción inmunitaria.

Los autores señalan que los grupos de comparación de ambos estudios recibieron tratamiento a demanda en lugar de profiláctico. En el momento en que se inició el ensayo, no existía ningún tratamiento profiláctico eficaz para los pacientes con inhibidores.

También para los pacientes sin inhibidores, la comparación con el tratamiento a demanda era la norma para un agente en investigación. Sin embargo, esto significa que es difícil comparar los datos de eficacia de este ensayo con otros tratamientos profilácticos para la hemofilia A o B que se utilizan actualmente.

El autor principal del estudio de ´The Lancet´, el profesor Guy Young, del Hospital Infantil de Los Ángeles y catedrático de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos) afirma que el estudio analiza la eficacia de la primera terapia con siARN utilizada para tratar la hemofilia con inhibidores.

"Los datos son alentadores y sugieren que puede ser el primer tratamiento profiláctico, es decir, que puede administrarse para prevenir hemorragias en lugar de tratarlas cuando ya se han producido, que funcione tanto en pacientes con hemofilia A como B con inhibidores --asegura--. Las opciones de tratamiento de los pacientes con hemofilia B se limitan actualmente a tratamientos a demanda, que tratan las hemorragias después de que se hayan producido".

Este ensayo controlado aleatorizado de fase 3 se llevó a cabo en 26 hospitales de 12 países. En él participaron 56 pacientes varones mayores de 12 años con hemofilia A o B grave e inhibidores. Dos tercios de los pacientes (38) recibieron una dosis mensual de 80 mg de fitusiran, que se administró mediante inyecciones subcutáneas.

Mientras tanto, a un tercio de los pacientes (19) se les administró un tratamiento de derivación a demanda. El criterio de valoración primario fue la tasa anualizada de hemorragias, que mide el número de hemorragias anuales de un paciente que requieren tratamiento. También se evaluaron la seguridad y la tolerabilidad.

Entre los pacientes a los que se administró profilaxis fitusiran con inhibidores, 25 de 38 (66%) participantes no presentaron hemorragias al cabo de nueve meses, frente a 1 de 19 (5%) en el grupo de comparación al que se administró un agente de derivación a demanda.

Entre los participantes con inhibidores a los que se administró fitusiran, 13 (32%) presentaron un aumento de la alanina aminotransferasa (una enzima que se libera en la sangre cuando se daña el hígado). Se notificó la sospecha o confirmación de coagulación de la sangre en dos (5%) participantes. No se notificó ninguna muerte.

Comentando los resultados de seguridad, el profesor Young apunta que "los resultados de seguridad en el ensayo son coherentes con los datos anteriores sobre fitusiran y necesitan un mayor seguimiento. Dos participantes que recibieron fitusiran experimentaron coagulación de la sangre, lo que supone un riesgo para los tratamientos que tratan de reequilibrar la hemostasia (el mecanismo que detiene las hemorragias)".

"El efecto adverso más frecuente fue el aumento de la alanina aminotransferasa, que se observa con muchos medicamentos e indica inflamación hepática --prosigue--. Es importante señalar que la mayoría de estos aumentos fueron temporales y no obligaron a suspender el fitusiran. En este contexto, sugiere que el fitusiran no provocó ningún daño hepático a largo plazo, pero este efecto adverso necesita una evaluación continuada en este y otros ensayos de fitusiran. Los organismos reguladores tendrán que evaluar los beneficios y los riesgos del fármaco a la hora de decidir si aprueban su uso y para qué pacientes es adecuado", apunta.

El ensayo controlado aleatorizado de fase 3 publicado en ´The Lancet Haematology´, que también forma parte del ensayo ATLAS, se llevó a cabo en 45 hospitales de 17 países. En él participaron 120 pacientes varones mayores de 12 años con hemofilia A o B grave. Dos tercios de los pacientes (79) recibieron una dosis mensual de 80 mg de fitusiran, que se inyectaba bajo la piel.

Mientras tanto, un tercio de los pacientes (40) recibieron terapia de sustitución de concentrado de factor de coagulación a demanda. El criterio de valoración principal fue la RBA. También se evaluaron la seguridad y la tolerabilidad.

La tasa anualizada de hemorragias observada en los pacientes del grupo de fitusiran fue 0, frente a 21,8 en el grupo de comparación al que se administró un agente de derivación a demanda.

Entre los pacientes sin inhibidores a los que se administraron inyecciones mensuales de fitusiran, 40 de 80 (51%) de los participantes no experimentaron hemorragias que requirieran tratamiento, frente a 2 de 40 (5%) en el grupo de comparación al que se administró un agente de derivación a demanda.

Entre los pacientes a los que se administró fitusiran, 28 (23%) presentaban un aumento de la alanina aminotransferasa. No hubo casos de coagulación sanguínea ni de muerte.

El autor principal del estudio de The Lancet Haematology, el profesor Alok Srivastava, del Christian Medical College de Vellore (India), afirma que el "estudio examina el uso de fitusiran en pacientes con hemofilia A o B sin inhibidores y complementa los resultados del estudio sobre el fitusiran con inhibidores, en el que también se observó que es muy eficaz para prevenir las hemorragias".

Fitusiran se administra mediante inyecciones subcutáneas, que pueden administrarse fácilmente en casa. Con la administración de este fármaco una vez al mes o incluso con menos frecuencia, se reduce notablemente la carga del tratamiento. Esto significa que los pacientes con hemofilia podrían controlar su enfermedad con menos visitas al hospital, que pueden ser preocupantes y perturbar su vida cotidiana. Ello redundaría en una mejora de la calidad de vida, como se documenta en el estudio.

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