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La "torsión" de las arterias retinianas puede elevar la presión arterial y provocar patología cardíaca

La forma y el tamaño de los vasos sanguíneos en la retina pueden estar asociados a condiciones de salud que incluyen presión arterial elevada, enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad.

10/02/2023

Una investigación dirigida por científicos de St George´s, la Universidad de Londres (Reino Unido), ha descubierto 119 áreas en el genoma que ayudan a determinar el tamaño y la forma de los vasos sanguíneos en la parte posterior del ojo. Ello lo enlazan con que un aumento en la "torsión" ...

Una investigación dirigida por científicos de St George´s, la Universidad de Londres (Reino Unido), ha descubierto 119 áreas en el genoma que ayudan a determinar el tamaño y la forma de los vasos sanguíneos en la parte posterior del ojo. Ello lo enlazan con que un aumento en la "torsión" de las arterias retinianas podría elevar la presión arterial y causar enfermedades del corazón.

La forma y el tamaño de los vasos sanguíneos en la retina pueden estar asociados a condiciones de salud que incluyen presión arterial elevada, enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad. Sin embargo, hasta ahora, se sabía poco sobre cómo la genética juega un papel en la determinación de las características arquitectónicas de estos vasos sanguíneos.

Los investigadores estudiaron imágenes de retina de casi 53.000 personas con ayuda de inteligencia artificial aplicada a dichas imágenes pudieron distinguir rápida y automáticamente entre los diferentes tipos de vasos sanguíneos (arterias y venas), y, de paso, medir el ancho de los vasos sanguíneos y la medida en que éstos se "tuercen y giran". De ahí que detectaron que "un nivel más alto de torsión de las arterias también pareció causar presión arterial diastólica alta y enfermedades cardíacas".

Al respecto, y según explica uno de los autores del estudio publicado en ´PLOS Genetics´, "prevalecía la creencía de que la presión arterial elevada podría causar ´arterias torcidas´, pero nuestro trabajo revela que en realidad es al revés", según el profesor Christopher Owen, jefe de epidemiología de Enfermedades Crónicas en St George´s, Universidad de Londres.

Para los investigadores, esta información genética es una pieza vital en esta materia y podría allanar el camino para nuevos tratamientos en el futuro. "Nuestro análisis de inteligencia artificial de estas imágenes como parte de los controles oculares de rutina podría realizarse fácilmente como parte de un control de salud para identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar presión arterial alta o enfermedades cardíacas y que necesitan una intervención temprana", concluyó el prof. Owen.

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