A pesar de que la evidencia muestra que las causas de los errores de medicación pueden atribuirse a múltiples factores, estos suelen generar malestar psíquico entre los profesionales de la salud, como se constata en un reciente estudio promovido por la Universidad del Este de Finlandia y el King´s College de Londres.

En dicho trabajo, se recoge una variedad de emociones negativas descritas por los profesionales de la salud tras informar errores en la administración de medicamentos, siendo los más comunes sentimientos de miedo, estado de ánimo alterado, tristeza y culpa.

"La forma en que el lugar de trabajo responde al error está claramente relacionada con el impacto emocional que puede tener en el profesional de la salud que cometió el error", afirma el investigador doctoral Sanu Mahat, de la Universidad del Este de Finlandia, y primer autor del estudio.

Los datos para el estudio se obtuvieron del Sistema Nacional de Informes y Aprendizaje (NRLS) de Inglaterra y Gales, e incluyeron errores de administración de medicamentos informados en un total de 72.390 informes de incidentes que datan de 2016. Los investigadores analizaron 93 informes de incidentes en los que los profesionales sanitarios expresaron emociones negativas en relación con el error. Dichas emociones se clasificaron en sentimientos de miedo, estado de ánimo alterado, tristeza y culpa. También incluyeron expresiones emocionales negativas extremas, como sentirse devastado y cuestionar la propia competencia profesional.

Consecuencias del estado de ánimo

"Los informes de incidentes de los profesionales de la salud en este estudio indicaron que el daño no intencional causado por errores en la administración de medicamentos e, incluso, los casi accidentes pueden afectar emocionalmente al profesional de la salud involucrado en el error, lo que aumenta su riesgo de convertirse en la segunda víctima", según Mahat. "El uso de un lenguaje intenso y traumático puede ser, asimismo, un reflejo de cuánto se vieron afectados e incluso destrozados emocionalmente los profesionales de la salud involucrados después de cometer el error", añadió.

Se sabe que los factores del lugar de trabajo, como la alta carga de trabajo y la falta de personal de enfermería, contribuyen a los errores en la administración de medicamentos. Sin embargo, la angustia emocional causada por los errores también puede afectar aún más la calidad y la seguridad de la atención al paciente.

Los autores señalan que los sentimientos negativos inmediatos que experimentan los profesionales de la salud después de involucrarse en incidentes de administración de medicamentos pueden tener impactos duraderos y potencialmente traumáticos en su salud mental. En ausencia de apoyo, la autoinculpación parece asumir mayor prominencia.

"Por lo tanto, debería ser primordial adaptar el apoyo adecuado por parte de superiores y de los colegas y promover una cultura abierta donde los errores se traten de manera justa. Además, es necesario comprender y prevenir los desencadenantes del sistema relacionados con este tipo de errores", concluye Mahat.

Todo ello, según los autores, puede no solo ayudar a hacer frente a la situación de manera eficaz y resolver el problema, sino también prevenir más errores de medicación y fomentar una cultura de notificación abierta.