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El peligro de sufrir un ictus por factores de riesgo disminuye con la edad

La hipertensión arterial y la diabetes son factores de riesgo conocidos para el accidente cerebrovascular.

19/01/2023

La hipertensión arterial y la diabetes son factores de riesgo conocidos para el accidente cerebrovascular, pero ahora un nuevo estudio muestra que la cantidad de riesgo puede disminuir a medida que las personas envejecen, según publican los investigadores en la versión online de ´Neurology´, la revista médica de la Academia ...

La hipertensión arterial y la diabetes son factores de riesgo conocidos para el accidente cerebrovascular, pero ahora un nuevo estudio muestra que la cantidad de riesgo puede disminuir a medida que las personas envejecen, según publican los investigadores en la versión online de ´Neurology´, la revista médica de la Academia Americana de Neurología.

"La hipertensión arterial y la diabetes son dos importantes factores de riesgo de ictus que pueden controlarse con medicación, disminuyendo el riesgo de una persona", recuerda el autor del estudio George Howard, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Alabama (Estados Unidos).

"Nuestros hallazgos muestran que su asociación con el riesgo de ictus puede ser sustancialmente menor a edades avanzadas, aunque otros factores de riesgo no cambian con la edad --destaca--. Estas diferencias en los factores de riesgo implican que determinar si una persona tiene un alto riesgo de ictus puede diferir en función de su edad".

En el estudio participaron 28.235 personas que nunca habían sufrido un ictus. De este grupo, el 41% eran negros y el 59% blancos. Se realizó un seguimiento de los participantes durante una media de 11 años.

Al inicio del estudio, los participantes fueron entrevistados y sometidos a exámenes físicos para evaluar los factores de riesgo. Entre los factores de riesgo estaban la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, la fibrilación auricular, las cardiopatías y la hipertrofia ventricular izquierda, que es el engrosamiento del ventrículo izquierdo del corazón. Howard añade que, debido al conocido mayor riesgo de ictus en la población negra, la raza también se tuvo en cuenta como parte de los factores de riesgo evaluados.

Los investigadores hicieron un seguimiento de los participantes cada seis meses, confirmando los ictus mediante la revisión de los historiales médicos. Durante el estudio se produjeron 1.405 ictus en 276.074 años-persona. Los años-persona representan tanto el número de personas que participan en el estudio como el tiempo que cada una de ellas permanece en él.

Los participantes se dividieron en tres grupos de edad, que luego se compararon. Los rangos de edad de esos grupos variaban ligeramente en función de los datos analizados por los investigadores. En general, el grupo más joven incluía a participantes de entre 45 y 69 años, el grupo intermedio a personas de entre 60 y 70 años y el grupo de más edad a personas de 74 años o más.

Los investigadores descubrieron que las personas con diabetes del grupo de edad más joven tenían aproximadamente el doble de probabilidades de sufrir un ictus que las personas de edad similar que no tenían diabetes, mientras que las personas con diabetes del grupo de edad más avanzada tenían aproximadamente un 30% más de riesgo de sufrir un ictus que las personas de edad similar que no tenían diabetes.

También comprobaron que las personas con hipertensión en el grupo de menor edad tenían un riesgo un 80% mayor de sufrir un ictus que las personas de edad similar sin hipertensión, mientras que ese riesgo se reducía al 50% en el caso de las personas con hipertensión en el grupo de mayor edad, en comparación con las personas de edad similar sin hipertensión.

Además, cuando los investigadores examinaron la raza como factor de riesgo, observaron un mayor riesgo de ictus en los participantes negros del grupo de edad más joven en comparación con los participantes blancos de ese grupo. La diferencia racial disminuyó en el grupo de mayor edad. En cuanto a los factores de riesgo de ictus, como el tabaquismo, la fibrilación auricular y la hipertrofia ventricular izquierda, los investigadores no observaron cambios en el riesgo relacionados con la edad.

"Es importante señalar que nuestros resultados no sugieren que el tratamiento de la hipertensión y la diabetes deje de ser importante en la vejez --precisa Howard--. Estos tratamientos siguen siendo muy importantes para la salud de una persona, pero también puede ser prudente que los médicos se centren en controlar factores de riesgo como la fibrilación auricular, el tabaquismo y la hipertrofia ventricular izquierda a medida que la gente envejece".

Howard también señala que incluso cuando el impacto de los factores de riesgo disminuye con la edad, el número total de personas con ictus a edades más avanzadas puede seguir siendo mayor, ya que el riesgo general de ictus aumenta con la edad. Por ejemplo, en el grupo de edad más joven para la hipertensión arterial, los investigadores estiman que alrededor del 2,0% de las personas con presión arterial normal sufrieron un ictus, frente al 3,6% de las personas hipertensas. En el grupo de mayor edad, alrededor del 6,2% de las personas con presión arterial normal sufrieron un ictus, frente al 9,3% de las personas con hipertensión.

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