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La cirugía agresiva aumenta la supervivencia con tumores cerebrales de bajo grado

La transición de un tumor cerebral de bajo grado y crecimiento lento a uno letal puede retrasarse si los neurocirujanos extirpan la mayor cantidad posible poco después del diagnóstico.

09/01/2023

La transición de un tumor cerebral de bajo grado y crecimiento lento a uno letal puede retrasarse si los neurocirujanos extirpan la mayor cantidad posible poco después del diagnóstico, según los resultados de un estudio dirigido por la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos). Los resultados van en contra ...

La transición de un tumor cerebral de bajo grado y crecimiento lento a uno letal puede retrasarse si los neurocirujanos extirpan la mayor cantidad posible poco después del diagnóstico, según los resultados de un estudio dirigido por la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos).

Los resultados van en contra de otras investigaciones que indican que la resección extensa, o extirpación quirúrgica máxima, puede no ser necesaria en función de las características del tumor.

En su estudio, publicado en la revista ´Journal of Clinical Oncology´, los investigadores realizaron un seguimiento de 392 pacientes de dicha universidad con glioma difuso de bajo grado durante un periodo de hasta 20 años. Los resultados se validaron en dos cohortes externas de 365 pacientes.

Este tipo de tumor afecta a 20.000 personas al año en los Estados Unidos, con mayor frecuencia en la edad adulta joven o en la mediana edad. Debido a su naturaleza difusa, los focos indetectables de células tumorales crecen lentamente tras la resección, dando lugar a recidivas y culminando finalmente en transformación maligna y muerte, a menudo en menos de dos años.

El glioma difuso de bajo grado tiene dos subtipos: astrocitoma IDH-mutante y oligodendroglioma IDH-mutante 1p19q-codeleted, que se reclasificaron para que coincidieran con su aspecto microscópico y sus características moleculares.

LOS ESTUDIOS MÁS BREVES PODRÍAN HABER RESTADO IMPORTANCIA A LA CIRUGÍA

"Los estudios que no siguieron a los pacientes durante tanto tiempo como nosotros han planteado dudas sobre la necesidad de una cirugía máxima, especialmente en el oligodendroglioma. Pero descubrimos que resecar todo lo posible poco después del diagnóstico ofrecía una clara ventaja de supervivencia cuando observamos la trayectoria de la enfermedad 10 años después", afirma la coautora principal Annette Molinaro, PhD, profesora del Departamento de Cirugía Neuroquirúrgica de la UCSF y miembro del Instituto Weill de Neurociencias.

Los investigadores descubrieron que los pacientes con astrocitomas postoperatorios y/o preoperatorios de mayor tamaño vivían una media de nueve años tras el diagnóstico, frente a los más de 20 años con tumores residuales más pequeños. Los pacientes con oligodendrogliomas postoperatorios y/o preoperatorios de mayor tamaño vivían una media de 19,9 años, frente a más de 20 años con tumores pre y postoperatorios más pequeños.

Además, los pacientes que se habían sometido a un procedimiento potencialmente más arriesgado, la resección total macroscópica (RTG), en la que se extirpa todo el tumor visible en una resonancia magnética, vivieron más que los que tenían tumores residuales. Los pacientes de astrocitoma con tumores residuales vivieron una media de 11,4 años, frente a los 16,2 años con RTG. Los pacientes de oligodendroglioma con tumores residuales vivieron una mediana de 22,2 años, frente a más años con GTR.

Un procedimiento quirúrgico denominado GTR-plus, en el que se reseca un margen de tejido aparentemente sano junto con el tumor, permitió prolongar la supervivencia de los pacientes con astrocitoma, pero no demostró una diferencia significativa en los pacientes con oligodendroglioma.

MEJORES RESULTADOS QUIRÚRGICOS EN TUMORES MÁS PEQUEÑOS

Los tumores más pequeños tienen más probabilidades de dar lugar a un RTG o RTG-plus, señaló el coautor principal Mitchel Berger, MD, profesor del Departamento de Cirugía Neurológica de la UCSF y miembro del Instituto Weill de Neurociencias. "Cuando vemos tumores pequeños incidentales, no esperamos porque podemos conseguir una mejor resección, lo que se traduce en una mayor supervivencia. Sin embargo, la RTG y la RTG-plus nunca se hacen a expensas de los déficits", afirma.

Además de los datos de la UCSF, los investigadores se basaron en cohortes del Hospital Brigham and Women´s de Boston y del Hospital Universitario St. Olavs de Noruega, con un total de 757 pacientes, para comprender los efectos interactivos de las variables moleculares, clínicas y de tratamiento en la progresión tumoral. Analizaron dos periodos fundamentales en la trayectoria de la enfermedad: la supervivencia libre de progresión, que precede a la recidiva, y la supervivencia libre de transformación maligna, que marca la escalada del tumor de un grado 2 más manejable a grados 3 y 4.

De forma similar a sus hallazgos anteriores, los investigadores observaron que los astrocitomas de mayor tamaño se asociaban a periodos más cortos de supervivencia libre de progresión y libre de transformación maligna. Los pacientes con astrocitomas más pequeños y todos los pacientes con oligodendroglioma sobrevivieron más tiempo con tumores que no progresaban o que aún no habían sufrido transformación maligna.

A partir de los datos de las tres cohortes de pacientes, los investigadores predijeron que es necesario resecar al menos el 75 por ciento de un tumor para mejorar los resultados a largo plazo.

"Nuestros hallazgos ponen fin a la controversia de que la resección máxima puede no ser necesaria para algunos gliomas de bajo grado", dice el primer autor Shawn Hervey-Jumper, MD, profesor asociado en el Departamento de Cirugía Neurológica de la UCSF y miembro del Instituto Weill de Neurociencias. "Incluso para los oligodendrogliomas, no hay duda de que la resección máxima es fundamental para mejorar la supervivencia", finaliza.

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