Investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) han averiguado que nanomateriales como los de óxido de grafeno, puede afectar indirectamente al sistema inmunológico a través del microbioma intestinal. Este tipo de materiales se emplean, actualmente, en un gran número de objetos pertenecientes a la electrónica hasta los sensores para biomoléculas, entre otros ...
Investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) han averiguado que nanomateriales como los de óxido de grafeno, puede afectar indirectamente al sistema inmunológico a través del microbioma intestinal. Este tipo de materiales se emplean, actualmente, en un gran número de objetos pertenecientes a la electrónica hasta los sensores para biomoléculas, entre otros muchos.
El grafeno es un millón de veces más delgado que un cabello humano. Se compone de una sola capa de átomos de carbono y es más resistente que el acero, pero flexible, transparente y eléctricamente conductor. Esto lo hace extremadamente útil en una multitud de aplicaciones, incluso en textiles "inteligentes" equipados con dispositivos electrónicos portátiles y como componente de materiales compuestos, para mejorar la resistencia y la conductividad.
Con el aumento del uso de nanomateriales basados en grafeno surge la necesidad de examinar cómo estos nuevos materiales afectan al organismo humano, de ahí el estudio realizado en el Instituto Karolinska, dirigido por el profesor Bengt Fadeel, del departamento de Medicina Ambiental del Instituto, y publicado en ´Nature Nanotechnology´.
El nanomaterial investigado fue el óxido de grafeno, de la familia del grafeno que consta de átomos de carbono junto con átomos de oxígeno. A diferencia del grafeno, el óxido de grafeno es soluble en agua y de interés para la investigación médica como, por ejemplo, para administrar fármacos en el organismo humano.
La investigación fue realizada con un pez cebra adulto y analizaron cómo afecta a la composición del microbioma. Utilizaron pescado normal y otro tipo que carecía de una molécula receptora en sus células intestinales llamada receptor de hidrocarburo de arilo, comúnmente abreviado como AhR, un receptor para varios metabolitos endógenos y bacterianos.
"Pudimos demostrar que la composición del microbioma intestinal cambió cuando expusimos a los peces al óxido de grafeno, incluso en una dosis baja, y que el AhR también afectó al microbioma intestinal", dice el primer autor del estudio, Guotao Peng, investigador postdoctoral. en el Instituto de Medicina Ambiental del Instituto Karolinska.
Utilizando un método avanzado para mapear las células inmunitarias, los investigadores también pudieron demostrar que un componente del sistema inmunitario, las células linfoides innatas, fue encontrado en las larvas de pez cebra.