En el XXV Congreso Nacional de Psiquiatría tuvo lugar este viernes el simposio "Leyendo" el cerebro con la neurociencia para entender la(s) esquizofrenia(s), moderado por Benedicto Crespo Facorro. El objetivo era entender que, dentro de toda la heterogeneidad disponible, una es la neurociencia del cerebro.

Juan Nàcher Roselló se encargó de las alteraciones de redes neuronales inhibidoras en esquizofrenia y mostró la perspectiva desde los modelos animales y los cerebros de pacientes. "En la corteza cerebral, la mayor parte de nuestras neuronas son excitadoras, que están controladas por las inhibidoras. Son muy importantes porque modulan la actividad de las neuronas principales. Hay evidencias de que estas neuronas están alteradas en los pacientes [con esquizofrenia]", señaló. En los modelos animales, se ha partido desde la premisa de que en la esquizofrenia hay cierta predisposición neuronal que puede precipitar el inicio de la enfermedad. La distinta carga de los eventos será lo que conduzca al desarrollo de un cerebro sano o uno enfermo. Sus trabajos se centran en la corteza prefrontal. Los animales tienen una ratio entre excitación e inhibición mucho más elevado. Habló de la relevancia para la esquizofrenia de las redes perineuronales. Tienen un papel relevante en definir los circuitos de las redes neuronales. El consumo de cannabis puede ser un factor de predisposición para la esquizofrenia, lo que tuvieron en cuenta para su estudio.

Javier Labad Arias se centró en los biomarcadores relacionados con el estrés en los trastornos psicóticos. Hay diferencias en cuanto a pacientes sanos y pacientes con episodios psicóticos en algunos marcadores como el ácido docosahexoenoico. Hay biomarcadores relacionados con el estrés, pero hay que hacer un seguimiento longitudinal. Hay que ver el papel del HPA, del sistema inmune o de la microbiota intestinal. Hay una asociación con el grado de estrés.

Entre sus conclusiones, "el estrés juega un papel en la etiopatogenia de los trastornos psicóticos". Claramente, se ha realizado un enfoque del estudio de biomarcadores de forma aislada, lo que puede explicar resultados discordantes en la literatura. El estudio de biomarcadores con nuevas técnicas que permiten análisis de datos masivos facilita la identificación de marcadores sin un enfoque a priorístico.

Remarcó que resultados preliminares del estudio de proteínas relacionadas con procesos neurológicos en psicosis incipiente sugieren el papel de arcadores implicados en el desarrollo neuronal, la matriz extracelular y procesos de desarrollo de vasos sanguíneos y coagulación. El DDR1 podría jugar un papel en la etiopatogenia y pronóstico (por ejemplo, fenotipo cognitivo) de trastornos psicóticos mediante la afectación de la sustancia blanca y la relación con el estrés.

Crespo Facorro abordó la búsqueda de mecanismos diana para el tratamiento de la esquizofrenia: entre la matriz extracelular y la inflamación. Sostuvo que la psiquiatría debe ir hacia la causa de lo que vemos y no hay que desviarse del camino donde la complejidad del cerebro es clave. La sensación es que no todos los pacientes se benefician de unos tratamientos o de otros. A su juicio, "nos acercamos a una psiquiatría más estratificada", utilizando biomarcadores.