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Qué modalidad de diálisis es mejor para el corazón del paciente

Cardiólogos y nefrólogos han mantenido, durante el Congreso Nacional de la S.E.N., un intercambio de opiniones sobre las ventajas y desventajas que presentan tanto la diálisis peritoneal como la hemodiálisis en la salud cardiovascular.

13/11/2022

La salud cardiovascular de un paciente sometido a diálisis se verá resentida de alguna forma, al influir en este otros factores como la edad y comorbilidades asociadas a su estilo de vida (como pudieran ser el tabaquismo o el sedentarismo). Pero también puede influir en el estado de su corazón ...

La salud cardiovascular de un paciente sometido a diálisis se verá resentida de alguna forma, al influir en este otros factores como la edad y comorbilidades asociadas a su estilo de vida (como pudieran ser el tabaquismo o el sedentarismo). Pero también puede influir en el estado de su corazón la modalidad de diálisis a la que se vea sometido: sobre esta controversia han debatido este domingo nefrólogos y cardiólogos durante una de las actividades del 52º Congreso de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) que se celebra en Granada, y que ha sido conducida por Enrique Morales Ruiz, del Hospital 12 de Octubre (Madrid).

Algo que preocupa en especial a los especialistas es la congestión que se puede generar en alguna de las regiones del corazón, como la disfunción sistólica derecha, "algo muy importante para que los nefrólogos tengan en cuenta", ha indicado el cardiólogo del Hospital Clínico Universitario de Valencia, Julio Núñez Villota.

Ese punto lo ha refrendado Gregorio Romero González, nefrólogo del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol (Badalona): "muchos de nuestros pacientes tienen disfunción del ventrículo derecho y se mueren más, especialmente en diálisis". Por esta razón ha defendido que los nefrólogos deberían poder tomar en cuenta los valores de un electrocardiograma (ECG) y no solo los comentarios del cardiólogo. Sobre todo, entender el riesgo de insuficiencia mitral y tricuspídea. En definitiva, ha afirmado que el corazón determinará finalmente "cuál es la intervención más adecuada".

Más allá de los parámetros a ponderar, se ha enfatizado en detectar el procedimiento que menos derive en una insuficiencia cardiaca (IC). En este sentido, Emilio Sánchez Álvarez, del Hospital Universitario de Cabueñes (Asturias), ha defendido que el uso de la diálisis peritoneal (DP) es un "tratamiento sustitutivo" de IC y, además, reduce el periodo de tiempo que el paciente está con enfermedad residual (ER), al contrario que pasa con aquellos sometidos a hemodiálisis (HD), en los que se puede mantener hasta ocho o nueve meses después.

Pero ni siquiera "todo vale" para personas sometidas a DP, ha matizado Nuria Aresté Fosalba, del Hospital Virgen de la Macarena (Sevilla) y, según las guías más recientes de 2020 a las que ha hecho referencia, importa sobre todo que esta diálisis "de alta calidad" cumpla objetivos, ya no solo de los profesionales, sino también "los del paciente".

No cabe duda, por lo expuesto en el evento, que la DP es una técnica más sencilla y con menos riesgos que la HD si esta se practica con acceso vascular (distinto es si se realiza con fístula) y que permite una mejor calidad de vida para el paciente, siendo la primera opción para ofrecer a quien no se le haya practicado un acceso vascular, ha valorado Sánchez.

El nefrólogo también ha advertido que la DP "tiene un tiempo" hasta que pierde eficacia paulatinamente, lo que abre el escenario a poder "transicionar hacia otras técnicas". Aunque no las hay, ha propuesto la creación de "unidades de transición entre modalidades de tratamiento renal sustitutivo (TRS)" que permitan detectar factores modificables y compartir con el paciente en todo momento los siguientes pasos a seguir en su tratamiento.

Hemodiálisis, ¿en qué casos?

A pesar de que la IC en pacientes con HD es mayor y respaldada por la evidencia científica, Itziar Castaño Bilbao, del Complejo Hospitalario de Navarra (Navarra) ha demostrado cómo también se puede disminuir el impacto de este procedimiento en el corazón del enfermo. Reducir el nivel de congestión vascular es posible retirando el agua que se halla en su interior, medida que, por cierto, no se diagnostica "bien" en ninguna modalidad de diálisis, como ha recordado Romero: "la congestión es un enemigo sistémico, mata a los pacientes".

Por esta razón, ha recomendado fenotiparla y ha incidido en que la congestión más común en HD suele ser la vascular, mientras que en DP se da la tisular ("la maligna" para Núñez). En cualquier caso, lo prioritario debería ser elegir la diálisis que armonice un buen mantenimiento de la función renal y mantenga la mejor condición vascular y tisular, posible gracias a un "mejor conocimiento de la fisiopatología", ha completado Castaño.

Asimismo, hay opciones complementarias para mejorar la condición de un paciente con HD. Por ejemplo, eliminando toxinas urémicas que estén relacionadas con la inflamación, optando por un líquido de diálisis ultrapuro pensado en reducir la inflamación, entre otras técnicas.

A nivel farmacológico, el uso de betabloqueantes, de inhibidores iSRAA (sobre los cuales no hay suficiente evidencia, ha concretado Castaño) son opciones que plantearse, siempre teniendo en cuenta que los pacientes suelen ser "frágiles, desnutridos y polimedicados". Ese aspecto también es un aliciente para potenciar la HD domiciliaria que, según ha señalado, "elegiría un 50% de los pacientes" al mejorar su calidad de vida.

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