El embarazo y el parto pueden incidir en la fisiología del cerebro, en el estado de ánimo y, en definitiva, en el comportamiento. No en vano, la salud mental materna se encuentra entre las complicaciones más comunes del embarazo y el parto, siendo los trastornos de depresión y ansiedad los más frecuentes.

En concreto, casi el 70 % de las mujeres experimentan tristeza, falta de interés (anhedonia), ansiedad u otros trastornos del estado de ánimo en las semanas posteriores al nacimiento de un hijo, y aproximadamente el 20 % de estas mujeres pueden desarrollar una depresión posparto más grave y persistente.

La investigación sobre los cambios cerebrales asociados con este tipo de experiencia materna está comenzando a revelar los mecanismos neuronales que subyacen a los cambios adaptativos y las enfermedades mentales perinatales. Nuevos hallazgos sobre la neurobiología de esta experiencia materna se presentaron en ´Neuroscience 2022´, la reunión anual de la Sociedad Americana de Neurología que se celebra estos días en San Diego. Estos abordan diferentes aspectos de la transición a la maternidad en múltiples niveles de investigación y en diversas áreas del cerebro.

"Estas investigaciones sobre el cerebro materno brindan información importante sobre la neurociencia de la crianza de los hijos y tienen implicaciones para detectar y tratar las enfermedades mentales perinatales", tal como expuso la moderadora de la sesión, Jodi Pawluski, neurocientífica y psicoterapeuta.

Entre las nuevas pista presentaron en Neuroscience 2022 cabe destacar, tras lo observado en modelos animales, que la susceptibilidad o resiliencia a la depresión posparto en un modelo de roedor está asociada con cambios en los marcadores neuroinmunes y hormonas que podrían servir como biomarcadores de riesgo o posibles dianas terapéuticas para la afección, según la exposición de Janace Gifford, de la Universidad de Delaware.

Por otra parte, según Ian S. Maze, de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, los factores que regulan la expresión génica en las redes de aprendizaje y memoria pueden mediar en los efectos a largo plazo de la experiencia materna en el cerebro de los ratones.

Además, los efectos antidepresivos de larga duración de la alopregnanolona en la depresión posparto pueden deberse a los efectos sobre la coordinación de la actividad en las regiones del cerebro implicadas en el estado de ánimo, tal como defiende Jamie Maguire, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts.