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Las inmunocitoquinas abren nuevas posibilidades en las enfermedades autoimmunes

Una proteína de fusión estimula selectivamente el brazo regulador de la inmunidad y protege en modelos de colitis y diabetes.

07/11/2022

Científicos de diversos centros estadounidenses han diseñado una estrategia para estimular a los linfocitos T reguladores (Tregs) con mayor eficiencia y selectividad que los métodos hasta ahora existentes. Se basa en la fusión de la molécula de interleucina (IL)-2 con un anticuerpo anti-IL-2 que modula la actividad de la primera. ...

Científicos de diversos centros estadounidenses han diseñado una estrategia para estimular a los linfocitos T reguladores (Tregs) con mayor eficiencia y selectividad que los métodos hasta ahora existentes. Se basa en la fusión de la molécula de interleucina (IL)-2 con un anticuerpo anti-IL-2 que modula la actividad de la primera. Este anticuerpo ya había sido descrito anteriormente por su capacidad de dirigir la IL-2 a células que expresan exclusivamente altos niveles del receptor de tipo beta de esta citoquina, como es el caso de los Tregs. En ratones diabéticos la inmunocitoquina indujo la expansión de la población de Tregs, con mayor eficacia que la de un complejo similar previamente reportado. Resultados similares fueron obtenidos en un modelo de colitis, en el que el tratamiento redujo la histopatología. Experimentos adicionales en ratones sanos demostraron que la inmunocitoquina mantiene preservada la funcionalidad de los Tregs durante periodos prolongados, sin comprometer la capacidad de respuesta inmunitaria frente a infecciones. La terapia también mostró efectividad en un segundo modelo de diabetes inducida por inhibidores de check-points inmunológicos, frecuentemente usados en el cáncer. El 60% de los animales tratados permanecieron libres de diabetes, frente a tan sólo el 10% en el grupo control.

Jamie Spangler, científica de la Universidad Johns Hopkins y directora del estudio, afirma que el tratamiento ofreció protección a largo plazo, previniendo la diabetes de tipo 1 en animales que, por su predisposición genética, la desarrollan espontáneamente. El enfoque utilizado en este estudio podría ser integrado en tecnologías emergentes que dirigen la IL-2 a tejidos específicos, aumentando con ello la selectividad de la terapia, concluye Spangler.

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