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Los niveles de un tipo de lectina determinan la progresión de la aterosclerosis

Un nuevo modelo animal refleja con elevada fidelidad la patología celular y molecular de la enfermedad.

31/10/2022

Investigadores de la Universidad de Osaka han demostrado que niveles bajos de favina exacerban la aterosclerosis en un modelo animal. En ratones genéticamente deficientes tanto en favina como en apolipoproteína (Apo)E, una dieta rica en grasas resultó en aterosclerosis más avanzada que en los animales deficientes sólo en ApoE. La ...

Investigadores de la Universidad de Osaka han demostrado que niveles bajos de favina exacerban la aterosclerosis en un modelo animal. En ratones genéticamente deficientes tanto en favina como en apolipoproteína (Apo)E, una dieta rica en grasas resultó en aterosclerosis más avanzada que en los animales deficientes sólo en ApoE. La deficiencia doble se asoció, además, a calcificación de la íntima, un rasgo patológico propio de los humanos pero que raramente se observa en modelos animales, lo que indica que la deficiencia en favina y ApoE refleja con mayor fidelidad la patología de los pacientes. En el nuevo modelo también pudieron ser observados trombos en el ventrículo izquierdo, ausentes en la monodeficiencia de ApoE, así como mayor susceptibilidad a la trombosis inducida quirúrgicamente.

Sachiko Kobayashi, directora del estudio, afirma que los niveles plasmáticos de glucosa, triglicéridos, colesterol e insulina fueron muy similares en ambos genotipos, excluyendo la posibilidad de que la histología observada fuera secundaria a estos metabolitos. La deficiencia en favina tampoco se asoció a cambios en la expresión de genes proinflamatorios ni a mayor infiltración de macrófagos en la aorta. En el secuenciado de ARN aórtico los científicos determinaron que la patología observada deriva principalmente de la inhibición de las vías de señalización del calcio y de la organización de la actina del citoesqueleto. El papel de la favina pudo ser confirmado en placas ateroscleróticas carótidas humanas, en las que los niveles de ARN de esta proteína se encontraron disminuidos. Esta reducción se hizo más manifiesta con el avance de la enfermedad y fue más acentuada en las placas inestables que en las estables. Kobayashi concluye indicando que este estudio no sólo aporta un modelo superior para estudiar la aterosclerosis, sino también una potencial diana terapéutica para tratarla.

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