Un estudio indica que los niveles basales de autoanticuerpos circulantes pueden servir para estimar el valor de la terapia adyuvante en pacientes con melanoma tratados con nivolumab, ipilimumab o la combinación de ambos. Los investigadores examinaron el patrón de autoanticuerpos circulantes tras la resección en 950 pacientes, hallando que algunas ...
Un estudio indica que los niveles basales de autoanticuerpos circulantes pueden servir para estimar el valor de la terapia adyuvante en pacientes con melanoma tratados con nivolumab, ipilimumab o la combinación de ambos. Los investigadores examinaron el patrón de autoanticuerpos circulantes tras la resección en 950 pacientes, hallando que algunas de estas firmas serológicas se asocian a peor supervivencia libre de recurrencia, superando en fiabilidad a un modelo compuesto por variables clínicas. Otro conjunto de autoanticuerpos se asoció a un riesgo más de 10 mayor de experimentar efectos adversos inmunológicos serios. Los resultados fueron similares independientemente de la inmunoterapia recibida.
Iman Osman, investigador de la Universidad de Nueva York y director del estudio, afirma que una proporción de pacientes presenta, ya antes del inicio del tratamiento una predisposición subclínica a la toxicidad causada por los inhibidores de los check-points inmunológicos, susceptibilidad que no se manifiesta inmediatamente. Aunque estudios previos habían examinado la relación entre anticuerpos y toxicidad, este sería el primero de carácter prospectivo, en cohortes procedentes de dos grandes ensayos de fase III. Los conjuntos de autoanticuerpos con la concentración más elevada identificados en este estudio no se solapan, lo que sugiere que la susceptibilidad a la recurrencia y a la toxicidad son mediadas por mecanismos diferentes.