En la infancia y la adolescencia se pueden desarrollar diversas enfermedades que serán claves en la edad adulta. En general, y a la hora de analizar la más importantes, entre las enfermedades prevalentes de la infancia destacan las víricas (90%), la mayoría de ellas leves, muy habituales y típicas de la infancia. "En nuestro medio, las más frecuentes son las infecciones respiratorias agudas y las gastroenteritis agudas", destaca Xavier Díaz, coordinador del Grupo de Trabajo del Niño y Adolescente de SEMERGEN.

Mientras que otra patología creciente es la obesidad (14,2%), con una de las cifras más altas de Europa, ocupando el tercer lugar, sólo superada por Grecia (18%) e Italia (15,2%). Xavier Díaz señala que algunos factores que influyen en el sobrepeso de la infancia son los hábitos alimenticios y el sedentarismo.

"Y aunque no tenemos datos sobre el número de casos, por falta de estudios poblacionales ni censos oficiales, podemos constatar que está aumentando el Trastorno del Espectro Autista. En cuanto a la adolescencia, las enfermedades más prevalentes son las enfermedades de Salud Mental, siendo las más comunes la ansiedad y depresión, seguido por el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad y el Trastorno de la Conducta Alimentaria. Tampoco debemos olvidarnos de enfermedades emergentes como el uso abusivo y adicción a las Nuevas Tecnologías de los niños y adolescentes".

En general, todas estas patologías han aumentado más en los últimos años, pero sobre todo al declarar el confinamiento por la pandemia de Covid-19. "Por ejemplo, en el caso de Trastorno del Espectro Autista no se sabe con certeza por qué ha aumentado, pero en parte se podría explicar por el cambio en la sensibilidad diagnóstica".

La prevalencia de la obesidad va en aumento, incluso antes de la pandemia, pero con la crisis sanitaria ha aumentado debido a diversos factores como el mayor uso de las pantallas, los cambios en los hábitos alimenticios, así como un menor tiempo de actividad física.

Respecto a la salud mental, el experto comenta que también ha habido un incremento con la pandemia, debido al confinamiento y las posteriores medidas de restricción que afectaron a un colectivo tan vulnerable como la infancia y la adolescencia. "Han aumentado el número de consultas por síntomas de depresión y ansiedad e intentos de suicidios", indica Xavier Díaz.

Además, el confinamiento también ha supuesto un factor de estrés significativo para los adolescentes con un Trastorno de la Conducta Alimentaria como es la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón, aumentando el riesgo de recaídas y empeoramiento. "Y por último, cabría destacar el uso y abuso de las nuevas tecnologías".

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