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Biomarcadores sanguíneos para la detección de la tuberculosis incipiente

Reflejan la progresión hacia la enfermedad activa hasta 1 año antes del diagnóstico convencional en individuos con VIH.

22/07/2022

Un estudio demuestra que es posible detectar tempranamente la progresión subclínica de la tuberculosis (TB) en individuos asintomáticos infectados con el VIH. En 46 pacientes con TB latente, incipiente, activa o recurrente, los investigadores analizaron la expresión del marcador de activación CD38 en linfocitos T circulantes específicos de Mycobacterium (M.) ...

Un estudio demuestra que es posible detectar tempranamente la progresión subclínica de la tuberculosis (TB) en individuos asintomáticos infectados con el VIH. En 46 pacientes con TB latente, incipiente, activa o recurrente, los investigadores analizaron la expresión del marcador de activación CD38 en linfocitos T circulantes específicos de Mycobacterium (M.) tuberculosis, así como de un marcador clásico de infección por esta bacteria. El primero de estos marcadores diferenció la infección activa de la latente con una sensibilidad y especificidad del 86%. Estos linfocitos T activados se encontraron presentes en el 63 y el 23% de los pacientes con infección incipiente, 6 y 12 meses antes, respectivamente, del diagnóstico de enfermedad activa.

Además, los incrementos transitorios de los niveles circulantes de estas células inmunitarias se asociaron a infección latente, siendo su activación persistente un rasgo característico de la recurrencia tras la finalización del tratamiento. Inge Kroidl, científica del Hospital Universitario de Múnich y directora del estudio, afirma que los pacientes infectados por VIH están desproporcionadamente afectados por infecciones subclínicas de M. tuberculosis. Sin embrago, todos los estudios previos de progresión a TB activa con biomarcadores basados en ARN en sangre total habían sido realizados en personas sin infección por VIH. La detección temprana de la TB incipiente, antes de que el bacilo sea detectable en el esputo, puede optimizar la gestión clínica de la infección y contribuir a reducir el contagio de la bacteria, concluye la investigadora.

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