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"España ha logrado un hito mundial: el primer exoesqueleto pediátrico del mundo"

Su inventora, Elena García Armada, científica y profesora de Ingeniería en el CSIC, es ganadora del Premio Inventor Europeo 2022 con este dispositivo que ha permitido caminar por primera vez sin ayuda asistida a niños con parálisis.

23/06/2022

Fue gracias a una niña llamada Daniela que hoy Elena García Armada, científica y profesora de Ingeniería en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), sea la ganadora del galardón como mejor inventora europea de 2022. La anterior científica española en obtener este reconocimiento fue Margarita Salas. Conocer la historia de ...

Fue gracias a una niña llamada Daniela que hoy Elena García Armada, científica y profesora de Ingeniería en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), sea la ganadora del galardón como mejor inventora europea de 2022. La anterior científica española en obtener este reconocimiento fue Margarita Salas.

Conocer la historia de esta niña con parálisis tras sufrir un accidente de tráfico hizo que virase su carrera de la robótica industrial a la orientada a fabricar los primeros exoesqueletos pediátricos del mundo. No hay ninguno más como el modelo Atlas 2030 en el mercado. Reconoce que no fue nada fácil llegar hasta el punto en el que se encuentran hoy, y tras "mucho esfuerzo y muchas dificultades" para desarrollar un dispositivo "único en el mundo", lograr el reconocimiento europeo sería "un espaldarazo para todo el equipo" de Marsi Bionics, empresa fundada en 2013 por ella misma para desarrollar estos dispositivos.

Puso así la robótica al servicio de la Pediatría. Gracias a ella, lograron "que niños que no han caminado nunca se pongan de pie y eso es un cambio fundamental". Es, como lo califica García, "cambiar el concepto de rehabilitación" pediátrica, porque en lugar de ser una máquina o una persona quienes permiten la movilidad, es el propio niño el que, "en su afán de moverse, explorar y jugar, va trabajando".

Los beneficios que tiene son múltiples: desde cambiar su campo visual y su manera de desplazarse hasta los que experimenta a nivel anímico, ganando en autoconfianza, seguridad y mayor proyección de la voz. "Poner a caminar de forma efectiva y real a un niño que nunca lo ha hecho es darle una oportunidad de mejora física, pero también de crecimiento personal. Como nos decía una madre el otro día, es un despertar cognitivo", recuerda.

Aunque los resultados son visibles en el niño, también mejoran el trabajo del profesional y la calidad de vida de las familias. En el caso del primero, "es un cambio drástico", ya que no tiene que realizar cargas ni fuerza para ayudar a su movilidad. La terapia se basa en el juego: el menor, gracias al exoesqueleto, realiza ejercicios orientados por su fisioterapeuta que va corrigiendo su postura. De tal manera que "disfrutan" tanto el niño como el profesional. Si bien, asegura García, quien más nota los cambios es la familia: "Primero, porque hay mejoras en la capacidad de realizar las actividades de la vida diaria. Hay cambios muy significativos". Desde el abrazo "con fuerza" del hijo a la madre cuando hace las transiciones hasta el punto que destaca la científica, el plano psicológico. Suben la autoestima, la autopercepción, ganan en seguridad y confianza. "Eso se nota mucho en el día a día", sentencia.

Un cuerpo hecho para estar de pie

El ser humano, desde su evolución respecto al resto de primates, camina erguido. De ahí que estos niños con enfermedades neuromusculares puedan levantarse "es absolutamente vital" para mejorar su estado cardiorrespiratorio, muscular o gastrointestinal. "Nuestro cuerpo está hecho para estar de pie", zanja. De ahí que hayan registrado beneficios clínicos como los ya mencionados y también un fortalecimiento de la musculatura torácica y cefálica "que conllevan retrasar las complicaciones musculoesqueléticas de sus patologías. O la mejoría respiratoria".

García insiste en que, sumado a ello y quizá un factor clave en las consecuencias del uso de estos exoesqueletos pediátricos sea el psicológico y el desarrollo personal que muestran los niños. "Mejora la atención en la escuela, en su sociabilidad, en su motivación, en su autopercepción", enumera algunas de ellas sin olvidarse de un cambio sorprendente en su rutina: "La autonomía para realizar actividades cotidianas como comer por sí mismos".

Sabiendo que reportan tantos aspectos positivos en la vida de los menores con parálisis, ¿por qué ha tardado tanto en llegar una solución pediátrica como esta? García señala dos cuestiones: por un lado, hay más adultos que niños y estos además crecen muy rápido. Y otra tiene que ver con la parte tecnológica, con "algunas complejidades" que han solventado en Marsi Bionics "para lograr que el exoesqueleto pueda adaptarse al crecimiento del niño y no perder funcionalidad".

En estos años, su solución ha trascendido fronteras e incluso océanos, siendo usada en la actualidad en centros de rehabilitación y hospitales de la UE y México. Según los analistas, el mercado de exoesqueletos está valorado en unos 430 millones de euros en 2021 y tiene un crecimiento proyectado hasta los 2.800 millones de euros para 2026.

Tecnología "nacida de la investigación pública"

Como miembro del equipo de investigadores y científicos del CSIC, sabe bien de la importancia que tienen los presupuestos públicos en I+D para desarrollar soluciones como esta. "España ha logrado con este exoesqueleto un hito mundial: el primer exoesqueleto pediátrico del mundo. Y no sólo es que sea tecnología 100% española, sino que además es una tecnología que ha nacido de la investigación pública", pone en valor.

De ahí que haga un llamamiento a las autoridades públicas para que el exoesqueleto se ponga a disposición de todas las familias con niños y niñas con enfermedades neuromusculares y parálisis cerebral. "No puede depender de la renta de las familias", critica. A pesar de haber recibido numerosos reconocimientos de las administraciones públicas por su invento, los políticos "tienen que pasar de las fotos a los hechos" para que lleguen a quienes lo necesitan. Sin ir más lejos, comparte el ejemplo de Francia, donde su presidente Emmanuel Macron se ha comprometido a distribuir hasta 600 exoesqueletos en, por ejemplo, hospitales, colegios de educación especial o centros de rehabilitación.

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