En el marco del XXVIII Congreso Nacional de Medicina General y de Familia, la coordinadora del Grupo Endocrinología, Metabolismo y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Dra. Guadalupe Blay Cortes, ofreció un repaso de las alergias alimentarias y puso el acento en la importancia de distinguirlas de otro cuadro médico como son intolerancias a determinados alimentos. No en vano, las alergias alimentarias se encuentran al alza en España con casi dos millones y medio de afectados.

En ello influye, según esta experta, "los cambios dietéticos a los que asistimos, con mayor ingesta de comida procesada en detrimento de las verduras y las frutas. Puede pasar que, a la larga, la alergia se produzca ante la carencia de una encima para poder absorber un determinado alimento, que el organismo ha dejado de fabricar al no considerarla necesaria".

Ante la carencia de nutrientes, el organismo acaba debilitándose y no regenera las células correctamente. A ello se suma la falta de calidad, muchas veces, en los etiquetados de los alimentos, con graves riesgos para personas alérgicas cuando los ingredientes no están bien especificados.

Saber diferenciar alergia de intolerancia

"Cuando hablamos de una alergia nos referimos a una reacción inmune de nuestro organismo que nos defiende contra algo que nos está atacando". Los síntomas más frecuentes", según expuso la Dra. Blay, van desde un prurito o molestia banal hasta una reacción muy grave conocida como anafilaxia, dependiendo de la cantidad de alimento que se tome. Mientras en el caso de las intolerancias, los síntomas suelen ser más de tipo digestivo, tales como hinchazón, malestar, diarrea, siendo una de las más conocidas la intolerancia a la lactosa.

En este contexto, desde la Sociedad Española de Médicos Generales, la principal recomendación pasa por acudir al centro de salud en caso de cualquier reacción adversa tras la ingesta de un alimento. "El médico de A.P. está capacitado para atender estos cuadros donde se le realizará un estudio completo para determinar la patología que está provocando dicho malestar". "En el caso de que no se tenga acceso a pruebas cutáneas, se le deriva a un alergólogo", añadió.

Además, como recordó, "en el sistema informático de las consultas siempre hay una opción para incluir las alertas en la historia clínica, avisando mediante este mecanismo al médico cuando el paciente es alérgico por cualquier motivo".

En la actualidad, tal como repasó la representante de la SEMG, existen distintas pruebas predictivas para detectar una alergia alimentaria, a través de muestras sanguíneas, que permiten determinar una inmunoglobulina, algo que no podría aplicarse en el caso de las intolerancias, sino que se necesitan pruebas más completas para cada caso.

"Cuando se habla, por ejemplo, de intolerancia a la lactosa se ha comprobado que se puede consumir entre 13 y 15 g. al día, por lo cual pocas personas presentan realmente este cuadro". En este sentido, la Dra. Blay recomendó "apartarse de las modas relacionadas con este tipo de situaciones, por los riesgos nutricionales asociados".