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Una nueva técnica de mapeo ayuda a revelar las raíces de los cánceres gástricos

En los cánceres del tracto gastrointestinal superior, el estrés oxidativo causado por la inflamación daña partes específicas del ADN.

08/06/2022

La inflamación acelerada se ha relacionado durante mucho tiempo con el cáncer, pero sigue sin conocerse con exactitud cómo empuja a las células sanas a transformarse en malignas. La inflamación forma parte de las defensas inmunitarias naturales del cuerpo. Cuando se presenta una amenaza, como una infección o lesión, el ...

La inflamación acelerada se ha relacionado durante mucho tiempo con el cáncer, pero sigue sin conocerse con exactitud cómo empuja a las células sanas a transformarse en malignas. La inflamación forma parte de las defensas inmunitarias naturales del cuerpo. Cuando se presenta una amenaza, como una infección o lesión, el cuerpo reúne recursos en forma de inflamación para combatir el problema y promover la curación.

Al respecto, científicos del Instituto Van Andel (EEUU) han apuntado hacia el estrés oxidativo, un proceso que interrumpe el código genético al dañar el ADN. Los hallazgos, publicados en ´Science Advances´, brindan nuevos conocimientos cruciales sobre los roles de la inflamación y el estrés oxidativo en ciertos tipos de cáncer y ofrecen nuevas oportunidades para posibles estrategias de prevención.

"El organismo humano tiene un buen sistema de defensa que repara el daño del ADN y reduce el estrés oxidativo, pero nada es infalible. Cuanto más sepamos sobre los vínculos precisos entre la inflamación y el cáncer, mejor equipados estaremos para diseñar estrategias de prevención más efectivas", señaló, en este sentido, el prof. Gerd Pfeifer, del Departamento de Epigenética de VAI y autor principal del estudio.

En el proceso de inflamación interviene la producción de especies reactivas de oxígeno, moléculas inestables que juegan un papel importante en la función y comunicación celular normal. Cuando algo sale mal y hace que la respuesta inflamatoria continúe más tiempo del necesario, lod resultados pueden ser dañinos, incluida una acumulación de exceso de dichas especies reactivas, lo que puede elevar el estrés oxidativo.

Inflamación y cáncer

Los cánceres del tracto GI superior con frecuencia están precedidos por condiciones precursoras inflamatorias. Por ejemplo, la infección con la bacteria Heliobacter pylori puede dañar el revestimiento del estómago y causar inflamación y úlceras. En el esófago, el reflujo ácido severo puede conducir a una condición llamada esófago de Barrett, en la que el revestimiento del esófago se inflama. En ambos casos, la inflamación a largo plazo se asocia con un mayor riesgo de cáncer.

Gracias a los hallazgos del equipo, ahora está claro el motivo de este riesgo elevado. El ADN comprende cuatro bases químicas que existen en pares: adenina (A) y timina (T), y citosina (C) y guanina (G). Diferentes secuencias de estos pares codifican todas las instrucciones para la vida. Los hallazgos del equipo revelan que, en los cánceres del tracto gastrointestinal superior, el estrés oxidativo causado por la inflamación daña partes específicas del ADN, lo que hace que las G se reemplacen con G oxidadas. Estos errores impiden que el ADN se copie con precisión, un sello distintivo clave del cáncer.

"Nuestro ADN es nuestro manual de instrucciones genéticas. Cuando las letras se mezclan, las instrucciones no se pueden llevar a cabo correctamente y el resultado puede ser cáncer", aclaró Pfeifer. "Se ha generado mucho debate a lo largo de los años acerca de cómo la inflamación y el estrés oxidativo contribuyen exactamente a la enfermedad, pero no teníamos las herramientas adecuadas para estudiar el vínculo. Nuestra nueva técnica de secuenciación de daños circulares nos permite volver a revisar viejos problemas".

La secuenciación de daño circular permite a los científicos "romper" el ADN en cada punto donde ocurre el daño. Engatusan al ADN en círculos, que se replican miles de veces utilizando una tecnología llamada reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Una vez que tienen suficiente ADN, usan la secuenciación de próxima generación para identificar qué bases de ADN están presentes en las rupturas.

Tiempo atrá el laboratorio de Pfeifer utilizó la secuenciación de daño circular para determinar que las mutaciones que dan lugar al melanoma son el resultado de una conversión química en el ADN dañado por la luz solar, no solo un error de copia del ADN como se creía anteriormente.

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