La enfermedad hepática relacionada con el alcohol es considerada como una causa prevenible de mortalidad. A finales de la pasada década, según datos de la OMS, el consumo de alcohol contribuyó, anualmente, a más de 3 millones de muertes (2,3 millones de hombres, 0,7 millones de mujeres) y 132,6 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) en todo el mundo.

Dicha patología es asintomática en un principio y, en ocasiones, se detecta tardíamente cuando el pronóstico ya no es bueno. A lo largo del tiempo, han sido escasas las investigaciones que describen dónde y cómo los pacientes con enfermedad hepática asociada al alcoho interactuaron con los profesionales de la salud. También se sabe poco sobre los factores específicos asociados con el retraso en el diagnóstico, lo que limita la comprensión de las oportunidades de intervención.

Ahora, un nuevo estudio, dirigido por el Dr. Mohsen Subhani y Rebecca Elleray, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), halló que estas oportunidades para abordar este tipo de comportamiento de alto riesgo relacionado con el consumo de alcohol podrían haberse desperdiciado.

Los resultados de la investigación, publicados en ´Drug and Alcohol Review´ sugieren que muchas personas que fallecieron a causa de esta patología tuvieron un promedio de 25 interacciones con centros sanitarios, dentro de su radio de acción.

Los expertos analizaron datos retrospectivos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) y las bases de datos de Estadísticas de Episodios Hospitalarios (HES) para identificar a los residentes adultos (mayores de 18 años) de Nottinghamshire que murieron por esta causa durante un período de 5 años ( entre enero de 2012 y el 31 de diciembre de 2017). Los fallecimientos se consideraron resultado primario y se llevó a cabo un análisis para probar la asociación entre las variables clave y la mortalidad por ARLD. Durante 5 años, se identificaron 799 muertes. Más de la mitad no tenía diagnóstico o tenía un diagnóstico de menos de 6 meses antes de la muerte.

Retrasos en diagnóstico

La presentación de emergencia en el primer diagnóstico de enfermedad hepática asociada al alcohol y el origen étnico blanco se vincularon significativamente con un retraso en el diagnóstico. En general, la cohorte tuvo una mediana de 5 admisiones hospitalarias, 4 atenciones de accidentes y emergencias y 16 citas ambulatorias en los 5 años anteriores a la muerte. El tratamiento estuvo a cargo de una variedad de especialidades, siendo la medicina general la más común. El alcohol se asoció con la mayoría de los ingresos.

El Dr. Mohsen Subhani, autor correspondiente del estudio, manifestó al respecto que "nuestro estudio muestra que las personas con ARLD tuvieron un promedio de 25 interacciones con hospitales dentro de Nottinghamshire antes de su muerte.Estas interacciones fueron principalmente en pacientes ambulatorios, y más del 50% de los pacientes solo fueron diagnosticados con enfermedad hepática en los últimos seis meses antes de la muerte.

"Estos datos contribuyen claramente a detectar las deficiencias en la atención secundaria de la enfermedad hepática relacionada con el alcohol y enfatizan la importancia del mensaje de Health and Education England y NICE de que cada contacto es importante y la detección y el asesoramiento sobre el alcohol son responsabilidad de cada profesional de la salud", añadió.

A partir de ahora, "la metodología empleada por estos investigadores se puede utilizar para evaluar y mejorar la forma en que se manejan los problemas relacionados con el alcohol y dónde se puede orientar mejor la acción", concluyó el Dr. Subhani.