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El estudio del deterioro cognitivo en los perros podría ayudar a avanzar en la enfermedad de Alzheimer

Cuantificar los cambios en los perros con sospecha de deterioro cognitivo podría servir como modelo para evaluar la progresión del deterioro cognitivo en la enfermedad de Alzheimer y los tratamientos para estos casos.

10/05/2022

Un conjunto de pruebas complementarias para cuantificar los cambios en los perros con signos de que sufren deterioro cognitivo podría servir como modelo para evaluar la progresión del deterioro cognitivo en humanos en la enfermedad de Alzheimer y los tratamientos para estos casos, según se desprende de un estudio llevado ...

Un conjunto de pruebas complementarias para cuantificar los cambios en los perros con signos de que sufren deterioro cognitivo podría servir como modelo para evaluar la progresión del deterioro cognitivo en humanos en la enfermedad de Alzheimer y los tratamientos para estos casos, según se desprende de un estudio llevado a cabo en la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EEUU).

El síndrome de disfunción cognitiva canina (CCDS, por sus siglas en inglés) es similar a la enfermedad de Alzheimer en humanos, partiendo de que el deterioro cognitivo está asociado con el desarrollo de placas amiloides, así como con la atrofia cortical, una degeneración progresiva del tejido cerebral. Tradicionalmente, el CCDS se diagnostica basándose en descartar cualquier condición física obvia y las respuestas del propietario del perro a un cuestionario.

Para el estudio, publicado en ´Journal of Alzheimer´s Disease´, los investigadores reclutaron a 39 perros de 15 razas diferentes. Todos ellos, el rango de edad senior y más viejos (se considera "mayor" si se encuentra en el último 25 % de su esperanza de vida según la raza y el tamaño, y viejo, más allá de eso), pero en general, con buena salud.

Los perros se sometieron a exámenes físicos y ortopédicos, así como a análisis de laboratorio que incluyeron un análisis de sangre que es un marcador de muerte neuronal. Sus dueños completaron dos cuestionarios de diagnóstico de uso común y luego los animales participaron en una serie de pruebas cognitivas diseñadas para evaluar la función ejecutiva, la memoria y la atención.

El equipo descubrió que los resultados de los análisis cognitivos y de sangre se correlacionaban bien con las puntuaciones del cuestionario, lo que sugiere que se puede utilizar un enfoque multidimensional para cuantificar el deterioro cognitivo en los perros que envejecen.

"Ser capaz de diagnosticar y cuantificar CCDS de una manera que sea clínicamente segura y relevante es un buen primer paso para poder trabajar con perros como modelo para la enfermedad de Alzheimer en humanos", manifestó Natasha Olby, de la Universidad de Carolina del Norte y autora del trabajo. "Muchos de los modelos actuales de la enfermedad de Alzheimer, en roedores, por ejemplo, son buenos para comprender los cambios fisiológicos, pero no para probar tratamientos. Estos hallazgos son prometedores tanto para los perros como para los humanos en términos de mejorar nuestra comprensión de la progresión de la enfermedad, así como para probar posibles tratamientos", concluyó.

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