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El potencial de la ozonoterapia para combatir el dolor

Numerosos estudios evidencian los buenos resultados de este potente antioxidante en el tratamiento, entre otros, de hernias discales y artrosis de rodilla.

19/04/2022

La Ozonoterapia es una tecnología sanitaria que utiliza el ozono médico como agente terapéutico, con pocas contraindicaciones y efectos secundarios mínimos. Este tratamiento se utiliza con buenos resultados en las unidades de dolor de los hospitales públicos españoles desde hace más de 20 años. En el mundo hay más de ...

La Ozonoterapia es una tecnología sanitaria que utiliza el ozono médico como agente terapéutico, con pocas contraindicaciones y efectos secundarios mínimos. Este tratamiento se utiliza con buenos resultados en las unidades de dolor de los hospitales públicos españoles desde hace más de 20 años. En el mundo hay más de 26.000 médicos expertos en ozonoterapia.

El ozono médico es una mezcla de un 5% como máximo de ozono y un mínimo de 95% de oxígeno medicinal, que se obtiene mediante un dispositivo sanitario homologado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS). Posee propiedades antisépticas, inmunomoduladoras, analgésicas y antiinflamatorias. Además, mejora la circulación periférica y la oxigenación de los tejidos. La efectividad, seguridad y buena tolerancia del ozono, tanto infiltrado como administrado por vía sistémica, justifican la extensión de su uso en los últimos años. Además, ha demostrado su eficacia como complemento terapéutico para diferentes enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo, incluido el dolor crónico. Como cualquier tratamiento médico, debemos asegurarnos que se aplique por expertos.

En 1997 se aplicó el primer tratamiento con ozono médico a un paciente con hernia discal en la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Doctor Negrín de las Palmas de Gran Canaria. Siete años después, sucedía lo mismo en la Unidad de Dolor del Hospital Universitario La Fe de Valencia. En 2002, en España se incorporó al Programa de Doctorado del Departamento de Cirugía en la Universidad de Sevilla. Y en el año 2005, el congreso organizado en Las Palmas sirvió de plataforma para la expansión de esta tecnología en la sanidad pública y privada.

El Ministerio de Sanidad español incluyó la ozonoterapia en la cartera de servicios de las unidades del dolor en 2011 y ya se aplica en cerca de 30 hospitales públicos y la mayoría de centros privados españoles. Entre los centros públicos que utilizan ya esta terapia se encuentran el Hospital de La Princesa, Ramón y Cajal, o el Príncipe de Asturias, en Madrid; La Fe y el Clínico Universitario en Valencia; Reina Sofía de Córdoba; Puerta del Mar en Cádiz; Cristal Piñor en Orense; o el Doctor Negrín en Canarias.

¿Para qué sirve?

Se pueden beneficiar de la ozonoterapia las patologías con origen inflamatorio, infeccioso, isquémico y con alteraciones del estrés oxidativo. Desde el aparato locomotor con enfermedades como la artrosis, la hernia de disco, la fibromialgia o el síndrome del túnel carpiano hasta el aparato digestivo. Si hablamos de enfermedades neurológicas, el uso de este tratamiento resulta de utilidad para la cefalea vascular o cefalea en racimo, entre otros. En odontología representa una alternativa a tratamientos convencionales más caros y con más efectos secundarios, siendo la mejor opción en el tratamiento de la enfermedad periodontal.

Existen numerosas evidencias científicas de la utilidad clínica del ozono. En 2016 la Agencia Canaria de Evaluación de Tecnologías Sanitarias realizó un informe de efectividad y seguridad donde analizó metaanálisis y revisiones sistemáticas de ensayos clínicos, estudios observacionales y otros tipos de estudios primarios, incluidas evaluaciones económicas completas. En hernia discal se demostró los beneficios de ozonoterapia en comparación con esteroides o inyecciones simuladas.

En noviembre de 2019 la Organización Mundial de la Salud, a través de un informe publicado por la Biblioteca Virtual de la Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPAS), publicó el Mapa de Evidencias Científicas de la Ozonoterapia, en el que confirma la evidencia existente respecto a la hernia discal y problemas lumbares degenerativos, la artrosis de rodilla, las úlceras crónicas, los trastornos vasculares periféricos y el pie diabético.

Lamentablemente, el ozono médico es una tecnología sanitaria huérfana, en la que no existe un soporte económico suficiente para realizar en breve plazo todos los ensayos clínicos que serían deseables ni para exponer sus resultados a la comunidad médica. Los estudios se realizan habitualmente con becas nacionales o locales, ayudas de fundaciones privadas y, muchas veces, con financiación de los propios médicos que desarrollan el trabajo asistencial e investigador. A pesar de ello, cada año, algunas Unidades de Dolor incorporan la ozonoterapia a su arsenal terapéutico. Queda aún mucho por hacer. Tanto la sanidad pública como privada debe abrir nuevas ventanas de oportunidades al ozono médico para mejorar la atención a los pacientes con el mínimo de contraindicaciones posible.

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