La Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) y organizaciones colaboradoras, incluidas la Academia Estadounidense de Pediatría, la Asociación Estadounidense de Cuidados Respiratorios, la Sociedad de Anestesiólogos de Cuidados Intensivos y la Sociedad Estadounidense de Anestesiólogos han difundido nuevas recomendaciones para la reanimación de pacientes con sospecha o confirmación de COVID-19, de acuerdo con las emitidas recientemente tanto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Debido a las nuevas variantes más altamente contagiosas del virus SARS-CoV-2, la guía enfatiza la necesidad de EPP, incluidos respiradores, batas, guantes y protección para los ojos. En caso de que los socorristas iniciales no estén usando el EPP adecuado, deben ponerse el EPP de inmediato y luego comenzar la RCP. A medida que evoluciona la ciencia en torno al COVID-19 y sus variantes, los profesionales de la salud deben seguir las recomendaciones más actualizadas de la OMS, los CDC y sus autoridades regionales de salud e instituciones locales.

"Los profesionales de la salud son primordiales para la salud de las comunidades de todo el mundo, especialmente durante una pandemia, y deben estar protegidos mientras realizan procedimientos de atención médica, incluida la reanimación", indicó Dianne Atkins, miembro de la American Heart Association Emergency, y autora principal de la nueva guía. "Proteger la salud y la seguridad de los profesionales de la salud sigue siendo fundamental e incluye garantizar que el equipo de protección personal recomendado esté disponible y que los profesionales de la salud estén capacitados para usarlo correctamente".

Recomendaciones

Entre las recomendaciones que recoge el documento emitido por la AHA, caben destacar algunas:

Todos los proveedores de atención médica deben usar un respirador junto con otro EPP (bata, guantes y protección para los ojos) para pacientes con sospecha o confirmación de infección por COVID-19, cuando realicen actividades que generen aerosoles. (AGP) o en un entorno donde dichos procedimientos se realizan con regularidad. Esto incluye utilizar el EPP adecuado (incluido un respirador) antes de realizar llas maniobras de reanimación, que incluyen, entre otras, compresiones torácicas, desfibrilación, ventilación con bolsa y mascarilla, intubación o ventilación con presión positiva.

Reforzar las mejores prácticas de reanimación: las tasas de supervivencia de paros cardíacos han disminuido drásticamente durante la pandemia de COVID-19. La supervivencia ante un paro cardíaco fuera del hospital se redujo en 2020 en regiones/períodos de tiempo que tenían y no tenían tasas significativas de infección por COVID. La supervivencia al paro cardíaco depende del inicio temprano de la RCP, incluidas las compresiones torácicas tan pronto como sea posible de manera segura. Los pacientes con COVID-19 confirmados o sospechosos deben recibir los mejores esfuerzos de reanimación posibles..

Garantizar un suministro adecuado de EPP: en este momento, todos los proveedores de atención médica deben seguir las precauciones adecuadas y deben tener acceso a EPP en todos los entornos clínicos, independientemente de la posibilidad de encontrarse con eventos de reanimación . El uso efectivo de EPP es fundamental para la seguridad de los proveedores de atención médica que realizan reanimaciones. Las organizaciones de atención médica deben continuar asegurando el EPP adecuado según esté disponible, garantizar la capacitación sobre la aplicación y el uso apropiados del material, reforzar el uso efectivo del EPP y crear sistemas para que los proveedores de atención médica tengan acceso inmediato al más adecuado cuando se requiera atención de emergencia.

A medida que la pandemia de COVID-19 persista y surjan nuevas variantes, la American Heart Association con sus organizaciones profesionales colaboradoras se compromete a brindar la orientación más actualizada y basada en evidencia sobre reanimación y apoyando a los profesionales de la salud que brindan estos procedimientos que salvan vidas, como la RCP.