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El riesgo de un segundo ataque cardíaco o accidente cerebrovascular se incrementa con el consumo de alimentos ultraprocesados

Un alto consumo de alimentos procesados ​​industrialmente aumenta significativamente el riesgo, en personas que ya padecen enfermedades cardiovasculares, de un segundo infarto o un ictus mortal aunque sigan una dieta mediterránea, según un reciente estudio.

30/11/2021

Un estudio del Departamento de Epidemiología y Prevención del IRCCS Neuromed en Pozzilli (Italia) ha investigado sobre los efectos en la salud de la dieta que incluye alimentos ultraprocesados ​​en personas con enfermedades cardiovasculares. Los hallazgos, publicados en ´European Heart Journal´, indican que, incluso, en personas que, generalmente, siguen la dieta ...

Un estudio del Departamento de Epidemiología y Prevención del IRCCS Neuromed en Pozzilli (Italia) ha investigado sobre los efectos en la salud de la dieta que incluye alimentos ultraprocesados ​​en personas con enfermedades cardiovasculares.

Los hallazgos, publicados en ´European Heart Journal´, indican que, incluso, en personas que, generalmente, siguen la dieta mediterránea, pero que consumen demasiados alimentos ultraprocesados, los riesgos para la salud son mayores. En cuanto a los pacientes cardiovasculares, ​tienen un riesgo dos tercios más alto de un segundo ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, esta vez fatal, en comparación con los que comen estos alimentos con menos frecuencia.

Para llevar a cabo el estudio se contó con 1.171 personas que participaron en el proyecto epidemiológico Moli-sani durante más de diez años. Todos ellos ya tenían enfermedad cardiovascular en el momento de su inclusión en el estudio. En cuanto a la dieta seguida por los participantes, los investigadores se centraron en el consumo de alimentos ultraprocesados, elaborados en parte o en su totalidad con sustancias no utilizadas habitualmente en la cocina (proteínas hidrolizadas, maltodextrinas, grasas hidrogenadas, etc.) y que, por lo general, contienen diversos aditivos tales como colorantes, conservantes, antioxidantes, agentes antiaglutinantes, potenciadores del sabor y edulcorantes. Esta categoría incluye bebidas azucaradas y carbonatadas, comidas preenvasadas, pastas para untar y algunos productos aparentemente "insospechados", como bizcochos, cereales para el desayuno, galletas saladas y yogur de frutas.

Los autores consideraron importante subrayar que la definición de alimento ultraprocesado empleada para este trabajo no está vinculada tanto al contenido nutricional, como al proceso utilizado para su preparación y almacenamiento. "Aunque un alimento sea equilibrado desde el punto de vista nutricional, puede considerarse ultraprocesado. Evidentemente, no es el alimento que se consume ocasionalmente el que marca la diferencia, sino una dieta que, en su conjunto, contiene demasiados productos procedentes de las estanterías del supermercado. Hay que decantarse siempre por una dieta basada en el consumo de productos frescos y mínimamente procesados, como nos enseña la tradición mediterránea desde hace siglos", señaló Marialaura Bonaccio, investigadora del Departamento de Epidemiología y Prevención y primer autor del estudio.

"La simple definición de ´mediterráneo´ no nos dice cómo se prepararon esos alimentos. Las verduras frescas no son lo mismo que las verduras precocidas y condimentadas, y lo mismo ocurre con muchos otros alimentos. Es un factor a tener en cuenta cada vez más a la hora de asesorar a los ciudadanos sobre una nutrición adecuada. Nuestra propuesta es que el nivel de procesamiento industrial de los alimentos se agregue a las etiquetas del front-of-pack, que hasta ahora solo brindan información nutricional ", indicó, por su parte, Licia Iacoviello, directora del Departamento de Epidemiología y Prevención de Neuromed.

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