La esquizofrenia también ha sido protagonista este viernes 29 de octubre durante el XXIV Congreso Nacional de Psiquiatría en el Palacio de Congresos de la ciudad de Valencia.

Rosa Ayesa Arriola, psicóloga, doctora en Medicina y Psiquiatría, ha afirmado que "los niveles más bajos de educación se han asociado con el desarrollo de psicosis". No solo eso, ha comentado Ayesa que varios estudios han descubierto que la educación superior se asoció con mejores medidas clínicas cognitivas y funcionales en el primer episodio de pacientes con psicosis (FEP). Concretamente, cuenta la psiquiatra que se encontró una asociación similar entre un mejor desempeño cognitivo en la educación superior en etapas posteriores de la enfermedad. Y algo sorprendente es que "Específicamente, los pacientes con esquizofrenia que completaron más años de educación mostraron mejores puntajes en las pruebas de memoria verbal que aquellos con logros educativos más bajos".

En el estudio en el que participó Ayesa, hubo un total de 659 pacientes en el programa de atención a fases iniciales de psicosis. Los resultados objetivos fueron varios. En primer lugar, se ha descubierto que la educación superior se asocia con mejores condiciones iniciales y resultados más favorables después de un FEP. En segundo lugar, el constructo de reserva cognitiva (RC) podría considerarse un factor de riesgo en el inicio de la enfermedad y un resultado moderador en los pacientes con PEP: un alto deterioro cognitivo y sintomatología grave. En tercer lugar, la doctora señala que es necesario compartir esta información con los sistemas educativos del mundo para orientar los recursos y diseñar programas o estrategias innovadores para compensar las dificultades de los estudiantes. Y, finalmente, Ayesa explica que las intervenciones clínicas centradas en aumentar la RC y documentar los beneficios a largo plazo son "interesantes y deseables".

Por otra parte, Covadonga Martínez Díaz-Caneja, psiquiatra, ha asegurado que la esquizofrenia es "un trastorno complejo, con gran heterogeneidad clínica y biológico, que se asocia con múltiples déficits en la morfología de la corteza cerebral".

En el estudio en el que ha trabajado con 164 pacientes con esquizofrenia y 164 controles, se tratado de conocer si la disimilitud en los patrones de ancho del surco en la corteza se puede utilizar para identificar pacientes con esquizofrenia.

Los resultados obtenidos son tres. En primer lugar, han identificado un pequeño subgrupo de pacientes con gran desviación en PBSI-SW que presentan déficits extremos en disfunción cognitiva y surcación cerebral. En segundo lugar, ha habido reducción progresiva en PBSI-SW en el grupo de pacientes respecto al de controles debido a este subgrupo. Y, en tercer lugar, estos resultados, cuenta Martínez sugieren que "es posible llevar a cabo una subtipificación de pacientes con trastornos psicóticos basados en estudios de similitud en neuroimagen que se asocian con un fenotipo clínico distintivo y apoyan al uso futuro de este tipo de metodologías con esta finalidad".

Sergi Mas, profesional y doctor, ha centrado su ponencia en las interacciones genes-ambiente, es decir, en las interacciones entre los genes y el ambiente. "Algunos rasgos están fuertemente influenciados por los genes, mientras que otros lo están por el medio ambiente. Sin embargo, en la mayoría de rasgos inciden uno o varios genes que interactúan de manera compleja con el medio ambiente" según afirma National human Genome Research Institute.

Mas asegura que existe una carga genética y muchos factores ambientales que generan patologías como su tema. "Hay variantes genéticas que nos hacen más susceptibles a generar este tipo de patologías", afirma el facultativo.

Asimismo, Mas indica que la mayoría de estudios en psicosis sobre interacción genético-ambiental, se analiza un gen sobre los factores medioambientales. El problema es la falta de "replicabilidad", ya que son muestras reducidas que no son suficientes para conclusiones. Pero lo importante, destaca el facultativo, es no clasificar a estas personas con ninguna etiqueta.

Por su parte, Gisela Sugranyes, especialista en Psiquiatría y doctora en Medicina, ha explicado durante su ponencia "las trayectorias estructurales del cerebro en jóvenes en riesgo familiar para la esquizofrenia o el trastorno bipolar, según desarrollo de síntomas del espectro de la psicosis".

El objetivo de su estudio es evaluar los cambios longitudinales en la estructura cerebral durante un período de 4 años, que identificaría a los niños y adolescentes con alto riesgo familiar de esquizofrenia o trastorno bipolar que experimentaron síntomas del espectro psicótico a lo largo del tiempo.

Los resultados han sido que existe una "mayor adelgazamiento cortical relacionado con el tiempo en la descendencia de riesgo familiar que desarrollan síntomas del espectro psicótico en el seguimiento". Es más, no hay diferencias transversales. Y, que hay una disminución transversal del área de superficie y el volumen de materia gris en la descendencia de riesgo familiar que desarrollan síntomas del espectro psicótico en el seguimiento. Toda la descendencia de riesgo familiar mostró una menor disminución del área de superficie longitudinal.