Según la OMS, en 2019, 700.000 personas murieron por suicido en todo el mundo. No solo eso, el suicidio es una de las cinco principales casusas de muerte en la mayoría de los países desarrollados. De hecho, es la principal causa de muerte no natural en jóvenes de hasta 25 años, por delante incluso de los accidentes de tráfico.

Estos datos se han comentado durante el simposio "Prevención del suicidio en España" que ha tenido lugar este jueves en el XXIV Congreso Nacional de Psiquiatría en el Palacio de Congresos de Valencia que se celebra del 28 al 30 de octubre.

Alejandro de la Torre-Luque, psicólogo y doctor en Neurociencias por la Universidad de las Islas Baleares, ha afirmado que el suicidio es "una causa que requiere cierta atención sanitaria y global". Según explica De la Torre-Luque, por cada muerte por suicidio existen 25 intentos por quitarse la vida. "El reintento suicida es el principal predictor de la muerte por suicidio. Existen muchos estudios, pero los resultados son muy dispares en relación con la probabilidad de repetición", comenta el psicólogo.

El Doctor en Neurociencias ha hecho hincapié en que el estudio donde trabaja pretende arrojar luz sobre la probabilidad de repetición del intento suicida tras un índice basal, además de estudiar la influencia de factores temporales y propios del método suicida.

Este estudio meta-analítico ha tenido en cuenta 124 artículos en los que en total hubo 440.149 pacientes que se querían quitar la vida. De la Torre-Luque ha resaltado que casi uno de cada cinco pacientes repetirá el intento suicida. No solo eso, según explica el doctor, existe un riesgo elevado de repetición incluso desde los primeros meses tras el intento basal. Concretamente, "los intentos más peligrosos se relacionan con mayor riesgo de repetición", destaca el psicólogo.

De la Torre-Luque considera que se deben incrementar las "herramientas terapéuticas para prevenir la repetición" y que la prevención del suicidio también implica "concienciación y la implicación de todos los agentes sociales".

Por su parte, Víctor Pérez Solá, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica y director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar, ha explicado que con el Covid ha aumentado la ansiedad, la depresión y el estrés en la población en general. Concretamente, existen unas consecuencias "más severas" en poblaciones vulnerables, entre ellas, personas con enfermedades mentales pre-existentes.

¿Cuáles son los factores de riesgo asociados al suicidio que han aumentado? Pérez señala que son tres: inestabilidad del mercado laboral, aislamiento social y cambios en el acceso al sistema de salud.

En Cataluña, afirma el presidente, cuentan con el Código Riesgo Suicidio (CRS) un programa protocolizado de actuaciones asistenciales y preventivas de la conducta suicida que el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña puso en marcha en 2014. Pues bien, lo que se han dado cuenta es que durante la época de restricciones severas (marzo, abril y mayo de 2020) se produjo una reducción significativa de las consultas relacionadas con episodios de conducta suicida, en comparación con el 2019.

"Las tendencias en relación con las muertes por suicidio no mostraron cambios significativos respecto al 2019", cuenta Pérez. Asimismo, recalca que estudios previos también muestran un descenso en las consultas en psiquiatría en épocas de altas restricciones. Por ejemplo, "en Francia se reportó un descenso de un 42,6% en las consultas debido a conductas suicidas durante las primeras 4 semanas de cuarentena. En Madrid también hubo esa tendencia", relata el director.

Una hipótesis de este descenso es por el efecto unión, por el cual los individuos que experimentan una experiencia compartida pueden apoyarse mutuamente, fortaleciendo así la conexión social. Los avances recientes en tecnología, por ejemplo, la videoconferencia, podrían facilitar la integración.

Por último, Rebeca Gracia, psiquiatra y Coordinadora de la Unidad de Hospitalización de Agudos de Psiquiatría Infantil del Consorci Corporació Sanitaria Parc Taulí de Sabadell, ha insistido en las cifras: El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes entre 15 y 24 años y la tercera causa de muerte en edades entre 15 y 19 años, según el INE en 2019.

"Con el Covid se produjeron efectos del lockdown en adolescentes como el cierre de las escuelas, el aislamiento social, un mayor uso de internet, una disminución de la actividad física o la pérdida de estructura diaria", cuenta Gracia. Y es que se ha demostrado que los adolescentes expuestos a redes sociales y con una estrecha relación con el Covid se deprimían más que el resto. Y es que algo que ha traído esta pandemia, según cuenta la psiquiatra es la ansiedad o la depresión.

Datos más precisos, muestran, explica Gracia, que en Japón se produjo una disminución de los suicidios consumados en el periodo de confinamiento. Y cuando se abrieron las escuelas se incrementaron. "Esto puede ser debido a la solidaridad colectiva y a una disminución del estrés académico e incremento posterior o situaciones familiares difíciles", afirma la psiquiatra. Gracia pone otro ejemplo: California. En 2020 hay una disminución de las tentativas suicidas, pero a partir de septiembre aumentan, sobre todo cuando se abren las escuelas. Este incremento en las chicas, no en los chicos. "Aquí en Cataluña pasó lo mismo que en California", destaca la psiquiatra.

En el estudio en el que está trabajado se han dado cuenta de que "los adolescentes que realizaban TA (tentativas autolíticas) antes del COVID eran pacientes con historial previo de patología, con un perfil más externalizante en el que predominaban los trastornos de conducta, con un entorno más adverso, mayor conflictiva familiar y mayor absentismo escolar. Asimismo, los adolescentes que realizan TA durante el Covid son pacientes "de novo", con diagnósticos de depresión o ansiedad, tienen un perfil de personalidad más cercano al Cluster C, se han sentido aislados, preocupados por las relaciones interpersonales y los problemas académicos", explica Gracia.

Ante ello, las propuestas de prevención que comenta la psiquiatra son claras: gestión emocional, garantizar la inclusión social, educar en la diversidad, promover hábitos de vida saludable, dotar recursos académicos, ser más accesibles, la telemedicina y trabajar en la comunidad. Para saber más sobre este tema consultar esta web: http://mind-u.cat/es/