No cabe duda de que la COVID-19 ha tenido un notable impacto en los pacientes hematológicos, principalmente, durante la primera oleada, sobre la que los especialistas han tenido que aprender aceleradamente, sin embargo, los expertos consideran que existen todavía lagunas importantes que hay que investigar en relación a esta patología ...
No cabe duda de que la COVID-19 ha tenido un notable impacto en los pacientes hematológicos, principalmente, durante la primera oleada, sobre la que los especialistas han tenido que aprender aceleradamente, sin embargo, los expertos consideran que existen todavía lagunas importantes que hay que investigar en relación a esta patología en cuanto a su abordaje, tratamiento prevención y manejo posterior a la vacunación en este tipo de enfermos.
En concreto, y sobre el impacto de la COVID-19 en el paciente hematológico, la mortalidad en los pacientes oncohematológicos se sitúa entre el 11 y el 47%, siendo particularmente elevada en los pacientes con leucemia aguda mieloide (LAM) y síndromes mielodisplásicos (SMD), donde ronda el 45%, mientras en receptores de trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) oscila entre el 18 y el 34%.
De ahí la importancia del simposio celebrado en el marco del LXIII Congreso de la SEHH y XXXVII de la SETH, sobre "Hematología y COVID-19", bajo la coordinación de los Dres. Rafael de la Cámara Llanza, del Hospital de la Princesa, de Madrid, y José Antonio Páramo, de la Clínica Universitaria de Navarra.
En el mismo participó el Dr. Ramón Lecumberri, co-director del Servicio de Hematología de la Clínica Universitaria de Navarra, y uno de los presidentes del Comité Organizador del Congreso, quien se centró en la "Inmunotrombosis como nueva diana terapéutica en la COVID-19", de cuya intervención habló para este medio.
Tras un repaso a la fisiopatología de la activación de la coagulación y por qué vías se activa dicha coagulación en los pacientes COVID, desgranó entre otros aspectos, los mecanismos que favorecen el desarrollo de complicaciones trombóticas en el paciente con COVID-19 y cómo alguno de esos mecanismos que se han ido describiendo, se pueden convertir en potenciales dianas terapéuticas sobre las que se puede mejorar la evolución de los pacientes afectados por el coronavirus.
"Con el transcurso de los meses hemos ido ampliando nuestro conocimiento sobre la coagulopatíaasociada a COVID-19 y sus manifestaciones trombóticas. Así, hoy se establece la inmunotrombosis o tromboinflamación como un proceso patogénico fundamental en COVID-19 como resultado de la interacción de los sistemas de coagulación, el sistema inmune y la disfunción endotelial", según indicó este hematólogo.
Dentro de las posibles alternativas de las que se disponen actualmente, a nivel terapéutico, se centró en el papel de las heparinas de bajo peso molecular (HBPM). "Desde un principio, se observó que el uso de dicho anticoagulante disminuía la mortalidad de pacientes hospitalizados. Pacientes que están en planta convencional pero con marcadores inflamatorios muy elevados o que están en la unidad de cuidados intensivos. Empezamos ya a ver resultados de ensayos clínicos que arrojan luz sobre el manejo adecuado con heparina para estos pacientes".
Una de las cuestiones sobre las que todavía no se ha obtenido respuesta es la relativa a la dosis óptima para estos pacientes en función de la severidad del cuadro. Al respecto, como explicó el Dr. Lecumberri, "se presentaron los resultados preliminares de un ensayo multicéntrico que se ha desarrollado en cinco hospitales españoles, evaluando el impacto de dos dosis distintas de heparina de bajo peso molecular en pacientes con Covid-19, y que en breve saldrán publicados en una revista científica internacional".
Vacunación en pacientes oncohematológicos
Durante la sesión se abordaron, además, aspectos relacionados con la vacunación enfocado al paciente oncohematológico, muchas veces con serios problemas de inmunosupresión a consecuencia de la enfermedad o debido a los tratamientos que recibe, y que está englobado dentro de las categorías de los candidatos a la tercera dosis, teniendo en cuenta, no obstante, las limitaciones de la evidencia en torno a los resultados posteriores.
Como señaló el Dr. Lecumberri a este medio, "la evidencia en torno a la vacuna para pacientes hematológicos es todavía limitada, en cuanto a seguridad y en vista de lo que se puede extraer de resultados de otros países como Israel, donde están más avanzados en la tercera dosis, y, al parecer, en cuanto a seguridad, en principio no habría problemas para este tipo de pacientes".
Si bien, como indicó, "ya disponemos de información sobre pacientes que, inicialmente, tenían una respuesta serológica pobre, con la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus parece que la respuesta inmunológica es más favorable. No obstante, nos faltan más datos y conocimiento sobre todo en relación al paciente hematológico".
De ahí, la necesidad de más investigación para profundizar sobre aspectos hasta ahora desconocidos como, por ejemplo, desde el punto de vista de este experto. "Averiguar cuál es el nivel de anticuerpos para saber si se está o no inmunizado, ya que, de momento, no se sabe cuál es el umbral que marca la protección. Tampoco está claro, por ejemplo, el papel de la inmunidad celular inducida por la vacuna frente al coronavirus", como concluyó este experto. Todos ellos son cuestiones que, seguramente, se irán conociendo sobre esta pandemia y cómo afectan a los pacientes hematológicos.