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Abbott obtiene el marcado CE para la primera prueba rápida portátil de plasma sanguíneo para el Traumatismo Craneoencefálico

La prueba para ayudar a evaluar el Traumatismo Craneoencefálico Leve (TCE Leve), comúnmente conocido como conmoción cerebral, arroja un resultado en aproximadamente 15 minutos. La prueba mide simultáneamente los biomarcadores UCH-L1 y GFAP, proteínas que se encuentran en la sangre tras una conmoción cerebral o un traumatismo craneoencefálico, insertando una muestra de plasma en el dispositivo portátil i-STAT™ Alinity™ de Abbott. Abbott también está trabajando en una prueba que utilizaría sangre completa para su uso en el punto de atención (Point of Care).

11/10/2021

Abbott ha obtenido el marcado CE para la prueba i-STAT TBI Plasma, la primera prueba rápida portátil de plasma sanguíneo para el Traumatismo Craneoencefálico (TCE) Leve, que ayudará a los profesionales sanitarios a evaluar a las personas con sospecha de TCE leve, incluidas las conmociones cerebrales. La prueba se realizará ...

Abbott ha obtenido el marcado CE para la prueba i-STAT TBI Plasma, la primera prueba rápida portátil de plasma sanguíneo para el Traumatismo Craneoencefálico (TCE) Leve, que ayudará a los profesionales sanitarios a evaluar a las personas con sospecha de TCE leve, incluidas las conmociones cerebrales. La prueba se realizará en la plataforma portátil i-STAT™ Alinity™ de Abbott. Los resultados de la prueba están disponibles en aproximadamente 15 minutos tras dispensar el plasma obtenido de la muestra de sangre en el cartucho de la prueba.

Los TCE, incluidas las conmociones cerebrales, son una alteración de la función cerebral provocada por una fuerza externa. Esta prueba mide proteínas específicas presentes en la sangre tras un TCE leve. Un resultado negativo en esta prueba puede servir para ayudar a descartar la necesidad de un TAC craneal, una herramienta de imagen comúnmente utilizada para diagnosticar la conmoción cerebral. En el caso de los que den positivo, el resultado de esta prueba complementa al TAC para ayudar a los médicos en la evaluación más a fondo de aquellos pacientes que puedan tener un TCE leve.

Las lesiones relacionadas con los TCE, que pueden incluir la discapacidad física y psicológica, empeoran por un diagnóstico erróneo o por la falta de diagnóstico. La prueba de plasma sanguíneo de Abbott brindará a los profesionales sanitarios una herramienta objetiva para ayudar a evaluar a las personas sospechosas de tener una lesión cerebral.

"Disponer de esta prueba de plasma sanguíneo podría ayudar a eliminar el tiempo de espera en urgencias y podría reducir el número de TAC innecesarios hasta en un 40%", ha declarado la Dra. Beth McQuiston, directora médica del área de Diagnóstico de Abbott. "Esperamos que esto anime a que más personas se sometan a la prueba después de un traumatismo craneoencefálico, lo que permitirá a los pacientes tomar las medidas adecuadas para recuperarse", ha manifestado.

La prueba precisa de una pequeña muestra de sangre extraída del brazo, de la que se separa el plasma con una centrifugadora y se aplica en el cartucho de la prueba. A continuación, el cartucho se introduce en el instrumento portátil.

Abbott también está trabajando en un análisis de sangre completo, que eliminaría la necesidad de separar el plasma y podría utilizarse junto al paciente en un entorno sanitario. La visión de Abbott para el futuro es contar con una prueba portátil que se pueda utilizar fuera del entorno sanitario tradicional, donde las personas sufren lesiones en la cabeza y necesitan una evaluación rápida, como en los eventos deportivos.

Se estima que aproximadamente 69 millones de personas en todo el mundo sufren un TCE cada año.

Las personas que hayan tenido un TCE pueden sufrir un deterioro de la memoria, el movimiento, la sensibilidad (por ejemplo, la visión y el oído) y el funcionamiento emocional (por ejemplo, cambios de personalidad, síntomas psicológicos). Los efectos del TCE pueden durar desde unos pocos días después de la lesión hasta años de síntomas que les cambian la vida. Las personas que sufren un TCE tienen mayor probabilidad de sufrir otro, de forma similar a como sufrir un esguince de tobillo o un desgarro de ligamentos predispone para sufrir otra lesión en el futuro. La disminución del tiempo entre la lesión y el diagnóstico es un factor crítico en el tratamiento de las TCE.

La prueba i-STAT TBI Plasma mide simultáneamente la proteína ácida fibrilar glial (GFAP) y la ubiquitina carboxi-terminal hidrolasa L1 (UCH-L1) en el plasma sanguíneo, dos biomarcadores complementarios que se ha demostrado que presentan niveles elevados tras una lesión cerebral. Los resultados de la prueba tienen una sensibilidad del 95,8 % y un valor predictivo negativo (NPV) superior al 99 %.

La prueba i-STAT TBI Plasma fue desarrollada en colaboración con el Departamento de Defensa (DoD, por sus siglas en inglés) estadounidense, que se ha dedicado a desarrollar una solución para la detección y evaluación objetiva del TCE durante más de una década. El DoD, a través de la Actividad de Desarrollo de Material Médico del Ejército de los Estados Unidos (USAMMDA, por sus siglas en inglés) del Comando de Investigación y Desarrollo Médico del Ejército de los Estados Unidos (USAMRDC, por sus siglas en inglés), desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la prueba en la plataforma i-STAT Alinity de Abbott. El equipo de investigación de la Transformación de la Investigación y el Conocimiento Clínico en el Traumatismo Craneoencefálico (TRACK-TBI, por sus siglas en inglés) fue el primero en demostrar cómo esta prueba de biomarcadores sanguíneos en el TCE puede utilizarse en beneficio de los pacientes con TCE en la práctica clínica.

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