El acceso al mercado laboral de los MIR extracomunitarios es casi tan complicado como obtener una de las plazas a la Formación Sanitaria Especializada.

El vencimiento del permiso de estancia por estudios, una vez terminada la residencia, complica las posibilidades legales de ingresar a la oferta del Sistema Nacional de Salud (SNS), tanto en sus centros públicos como privados. Un escenario que les deja solo cuatro opciones viables.

Las dificultades de los trámites para lograr la residencia en España hacen que, para los especialistas extracomunitarios, la opción más sencilla sea la migración hacia otro de los países europeos. Uno de los más populares, actualmente, es Alemania.

El país germánico cuenta con un gran atractivo por las facilidades que otorga para los profesionales sanitarios interesados en formar parte de su sistema sanitario, incluida la enseñanza del idioma. En este sentido, es una opción de gran atractivo para los médicos que se han formado en aquellas especialidades donde se está registrando un superávit de profesionales sanitarios.

Este es el caso de Cirugía Torácica. Sin embargo, no se trata de una situación aislada, ya que también perjudica a otras disciplinas quirúrgicas como Cirugía Cardiovascular y Angiología y Cirugía Vascular.

Consciente de que no todos los especialistas extracomunitarios pueden afrontar una migración por motivos personales o familiares, otra de las opciones es la búsqueda de solventar la situación legal durante un período de tiempo y, una vez obtenida la tarjeta de permiso de residencia, postularse para las ofertas laborales en el sector público o privado.

El problema está en que no todas las autonomías reconocen a los MIR extracomunitarios su derecho a paro, a pesar de dedicar años al SNS y pagar unas retenciones fiscales que oscilan entre los 6.000 y 10.000 euros al año. De ahí, que se vean obligados a gastar sus ahorros o endeudarse.

La obtención del permiso de residencia, sin embargo, no implica el final del `vía crucis´ del médico especialista en España, ya que, así como ocurre con sus compañeros de España, tendrá que enfrentarse a un mercado marcado por contratos precarios, con un número limitado de horas a cumplir y donde no se garantiza una estabilidad para el profesional. No obstante, aún quedan otras dos opciones sobre la mesa.

Otros dos senderos del MIR extracomunitario

Para aquellos especialistas que no puedan viajar por Europa o de acceder al mercado laboral sanitario, también está la opción de retornar a sus países de origen. El trámite, que debería ser el más sencillo, también cuenta con una complicación.

Para poder homologar el MIR es necesario la obtención del título supletorio, que el Ministerio de Sanidad suele entregar cuatro meses después de haber terminado la residencia. Un período de tiempo donde el médico extracomunitario no tendrá derecho a la prestación del paro (viviendo de nuevo de sus ahorros o endeudándose) ni podrá comenzar los procedimientos para la equivalencia de la titulación.

Es importante recordar que los procesos de homologación conllevan a una tramitación larga que dejará al profesional limitado para trabajar.

Finalmente, la última salida que está al alcance de los MIR extracomunitarios es volver a la formación sanitaria especializada. La recirculación les permite, además de contar con un nuevo permiso de estancia por estudio, unos recursos económicos para sustentarse e, incluso, un margen de tiempo mayor para la puesta al día de su legalidad en España.