Política farmacéutica, medidas de acceso a los medicamentos y plan de renovación tecnológica. De esto trató la entrevista que le hicieron a Patricia Lacruz, directora general de Farmacia, este martes en el Simposio del Observatorio de la Sanidad, Las Lecciones de la Covid-19. ¿Ha cambiado el Covid-19 sus planes para la política farmacéutica? "Se mantienen, porque los retos en materia de política farmacéutica siguen siendo en su esencia los mismos. Bien es cierto que la pandemia, la gestión y la inversión del 100% del tiempo y el esfuerzo que se ha dedicado en el Ministerio de Sanidad, con todos sus centros directivos y su personal, ha retrasado la puesta en marcha de algunos proyectos", respondió.

Señaló que uno de los retos es la incorporación sostenible de los nuevos medicamentos. Del año 2016 al 2018, el porcentaje de medicamentos que han sido autorizados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en condiciones especiales, que se autorizan cuando el desarrollo clínico no está finalizado, porque se considera que el beneficio supera al riesgo en el marco de la necesidad del acceso de los pacientes a ese tratamiento rondó el 5%. Ha pasado a, en este último año, situarse en un 19%. La incertidumbre clínica, en el marco de la financiación de los medicamentos, es "una tarea compleja en la que hay que trabajar para buscar modelos de financiación adecuados". Las medidas que se han ido implementando han sido para gestionar esta incertidumbre.

Los techos máximos de gasto se tienen que utilizar en los medicamentos que lo requieren, es decir en aquellos que la estimación de pacientes es incierta. "Distintos modelos para distintas cuestiones que generan incertidumbre en un medicamento. Un techo máximo de gasto probablemente será incompatible su combinación en la aplicación con un acuerdo de pago por resultados, porque éste lo que persigue es pagar por lo que aporta el medicamento", señaló.

Ana Pastor, vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados y diputada del Partido Popular (PP), ofreció en el Simposio su visión sobre los aprendizajes y las mejoras necesarias del sistema sanitario en la era postCovid. Para Pastor, el Covid-19 ha demostrado que contamos con un sistema sanitario bueno, pero con evidentes fallos: "Nuestro modo de entender la Salud pública y los recursos asistenciales deben de ser la primera enseñanza: necesitamos dotarnos de servicios de salud pública con capacidad de respuesta preventiva. Debemos replantearnos nuestras estrategias en un mundo caracterizado por la movilidad de las personas". La que fuera ministra de Sanidad aprovechó el foro para anunciar que el PP va a presentar en el Congreso de los Diputados la puesta en marcha de una Agencia Española de Salud Pública y Calidad Asistencial, que tenga como principal misión la recogida exhaustiva de información que permita medir, evaluar y tomar decisiones con las CC AA y basadas en la evidencia científica. Esta agencia mejoraría la gobernanza, y su dirección y gestión tendría que evadirse de cualquier vínculo político.

También intervino María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), para analizar los resultados de la vacunación contra el Covid-19. Lamas se mostró muy optimista en su intervención al "haber conseguido vacunas con una eficacia del 70%, cuando inicialmente se daban por válida una efectividad del 50%". Además, puso en valor tanto el sistema de citaciones cerrado establecido en España como el respeto de los ciudadanos al sistema sanitario, claves para alcanzar el éxito en cifras y en resultados. A pesar de sus mensajes alentadores, recordó que "ahora mismo sólo el 30% de la población mundial tiene la pauta completa. Necesitamos vacunas con capacidad de producción masiva y seguir investigando el desarrollo de nuevas vacunas, así como la duración de la inmunidad en determinados grupos". Lamas concluyó que, "si bien España está mejor preparada para afrontar otra futura pandemia, se sigue trabajando en las carencias detectadas tales como la vigilancia epidemiológica, la interconexión, la capacidad de producción de medicamentos, y, lo más importante, las condiciones de los profesionales sanitarios, quienes están cansados, desilusionados y desbordados, y si no los cuidamos y mejoramos su situación, nuestro sistema estará realmente amenazado".