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Los perros de compañía podrían ser clave para resolver la demencia

La causa más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer, para la que, lamentablemente, todavía no existe una cura. Una limitación principal en la investigación del Alzheimer es la falta de modelos animales útiles que desarrollen la demencia de forma espontánea, sin ingeniería genética

31/08/2021

La disfunción cognitiva en perros podría ayudar a esclarecer varios aspectos clave de la demencia humana, lo que subraya la utilidad de los perros de compañía como modelo animal para estudios de envejecimiento, según las conclusiones de una nueva investigación llevada a cabo por la Facultad de Ciencias de la ...

La disfunción cognitiva en perros podría ayudar a esclarecer varios aspectos clave de la demencia humana, lo que subraya la utilidad de los perros de compañía como modelo animal para estudios de envejecimiento, según las conclusiones de una nueva investigación llevada a cabo por la Facultad de Ciencias de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) enHungría.

El estudio, publicado en ´GeroScience´, midió un péptido asociado con la enfermedad de Alzheimer (Aβ42) en los cerebros de los perros de compañía y encontró que una mayor abundancia se asocia con un mayor deterioro cognitivo. Los perros de compañía que viven con sus dueños capturan la diversidad genética y ambiental que es imposible de recapitular en los animales de laboratorio.

La demencia es un término genérico para la pérdida de memoria y la capacidad de aprender, el deterioro del pensamiento, el comportamiento y la capacidad para realizar las tareas diarias. La probabilidad de contraer demencia aumenta a medida que uno envejece: en general, se cree que entre el 5 y el 8% de las personas mayores de 60 años tienen algún grado de demencia. La causa más común de demencia es la enfermedad de Alzheimer, para la que todavía no existe una cura. Una limitación principal en la investigación de dicha patología es la falta de modelos animales útiles que desarrollen la demencia de forma espontánea, sin ingeniería genética, y que también reflejen adecuadamente la complejidad genética y ambiental de los seres humanos, según señalaron los responsables de dicha investigación.

El uso de los perros de compañía como nuevos modelos para el envejecimiento humano está justificado porque comparten el entorno humano, están expuestos a factores de riesgo similares, envejecen aproximadamente diez veces más rápido que los humanos y algunos de ellos desarrollan espontáneamente demencia canina en la vejez. "Cuando un perro mayor muestra una menor capacidad para aprender, mayor ansiedad, pérdida de los patrones normales de sueño y deambular sin rumbo fijo, puede estar enfrentándose a una disfunción cognitiva canina", según explicó Silvan Urfer, veterinario e investigador de la Universidad de Washington, primer autor del estudio . "Se puede diagnosticar de manera confiable utilizando un cuestionario validado que evalúa la función cognitiva del perro. Las puntuaciones de 50 puntos o más son indicativas de un diagnóstico de disfunción cognitiva".

Modelo para el Alzheimer

Las características moleculares de la enfermedad de Alzheimer en humanos incluyen el depósito de un péptido en el cerebro, llamado beta amiloide 42 (Aβ42). El péptido Aβ42 canino es idéntico a la forma humana. "Estábamos interesados ​​en saber si los niveles de Aβ42 en los cerebros de los perros de compañía están relacionados con la función cognitiva y la edad. En colaboración con Martin Darvas, nuestro laboratorio desarrolló un nuevo ensayo para medir el Aβ42 en cerebros de primates y caninos y en líquido cefalorraquídeo (LCR), pero lo hicimos todavía no tengo acceso a suficientes muestras ", explicó Matt Kaeberlein, uno de los fundadores del Dog Aging Project.

Urfer y Kaeberlein recurrieron a Eniko Kubinyi, quien ha establecido el Canine Brain and Tissue Bank junto con Kalman Czeibert, veterinario, y Sara Sandor, genetista, en el Departamento de Etología, ELTE en Budapest. "Desarrollamos un protocolo de donación de cuerpo de perro mascota único para los propietarios que, de acuerdo con sus veterinarios, ofrecen voluntariamente el cuerpo de su perro para la investigación después de la eutanasia médicamente razonada". explicó Kubinyi.

Los investigadores húngaros analizaron el cerebro y el líquido cefalorraquídeo de los sujetos fallecidos, junto con una documentación exhaustiva del rendimiento cognitivo previo de los perros. Este sistema permitió al equipo correlacionar los datos histológicos y moleculares post-mortem con las mediciones de comportamiento. Encontraron correlaciones positivas significativas entre Aβ42 y la edad en las tres regiones cerebrales investigadas ( corteza prefrontal, corteza temporal, hipocampo / corteza entorrinal) mientras que Aβ42 en el líquido cefalorraquideo correlacionado negativamente con la edad.

La abundancia de Aβ42 en el cerebro en las tres regiones del cerebro también se correlacionó con la puntuación de la Escala de disfunción cognitiva canina. La relación entre el deterioro cognitivo y la abundancia de Aβ42 puede reflejar una trayectoria similar en el perro que envejece, como en los humanos. Está bien establecido que el Aβ42 y otras patologías relacionadas con la enfermedad de Alzheimer surgen en el años o incluso décadas antes de que se manifiesten los síntomas clínicos.

Tanto los proyectos ´Dog Aging Project´ como el ´Senior Family Dog Project´ tienen como objetivo emplear los perros de compañía como modelos para el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad en los seres humanos.

Para investigar el envejecimiento de los perros, un aspecto importante es la disponibilidad de bioespecímenes de varios órganos para la investigación, que también deben incluir información clínica y demográfica de estos animales. Tanto el Canine Brain and Tissue Bank (CBTB) existente en ELTE como el Dog Aging Project Biobank de la Universidad de Cornell abordan esta cuestión.

"La correlación entre Aβ42 en los cerebros de los perros y las puntuaciones cognitivas respalda la idoneidad del perro de compañía como modelo para la enfermedad de Alzheimer. Además, ilustra la utilidad de los biobancos veterinarios para poner a disposición de los investigadores las muestras biológicas para su análisis. En el futuro, los perros podrían usarse para estudiar intervenciones destinadas a prevenir o tratar una patología similar al Alzheimer. Dicha investigación también puede contribuir a aumentar la esperanza de vida saludable de nuestras mascotas", según concluyen los autores.

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