___La mayor parte de las defunciones en España, al igual que en los países de su entorno socioeconómico, se producen como consecuencia de enfermedades no trasmisibles. Sólo las enfermedades cardiovasculares y el cáncer son responsables de las tres quintas partes de todas las defunciones.

Si se tiene en cuenta los grandes grupos de causas de muerte de la Clasificación Internacional de Enfermedades, en el conjunto de la población las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte. En nuestro país en 2017, según los datos publicados en el informe "Indicadores de Salud 2020" elaborado por el Ministerio de Sanidad, el 29% de los fallecimientos se produjeron por esa causa de muerte. No obstante, mientras que en las mujeres suponen la primera causa de muerte con el 32% de las defunciones, en los hombres suponen la segunda causa de muerte, después del cáncer, con el 26% de las defunciones.

En 2017 murieron en España por enfermedades cardiovasculares 263 personas por cada 100.000 habitantes. En hombres la tasa fue de 246 por 100.000, mientras que en mujeres la tasa fue de 280 por 100.000. El descenso del riesgo de mortalidad entre 1991 y 2015, evaluado a través de la tasa de mortalidad ajustada por edad, fue del 57% en hombres y del 61% en mujeres. Algo más de la mitad de ese descenso se ha producido en los años transcurridos desde el inicio de la presente centuria.

Cifras

Si analizamos en detalle, la mitad de las defunciones por enfermedades cardiovasculares son debidas a la enfermedad isquémica del corazón y a la enfermedad cerebrovascular. En efecto, la enfermedad isquémica del corazón constituye una parte importante de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares. En 2017, el 67% de dichas muertes fueron debidas a enfermedad isquémica del corazón, lo que supuso una tasa de mortalidad de 69,5 por 100.000 habitantes. En hombres, las defunciones por enfermedad isquémica del corazón ese año representaron el 34% de las defunciones por enfermedades cardiovasculares, y una tasa de mortalidad de 84 por 100.000, mientras que en mujeres representaron el 20% de las defunciones por enfermedades cardiovasculares y una tasa de mortalidad de 57 por 100.000.

La evolución del riesgo de mortalidad, evaluada a través de la tendencia en la tasa de mortalidad ajustada por edad, muestra que entre 1991 y 2017 el riesgo de mortalidad por enfermedad isquémica del corazón descendió en España casi un 52% en hombres y un 59% en mujeres. No obstante, la mayor parte de ese descenso se observó desde el inicio de la presente centuria, ya que entre el año 2001 y el año 2017 el descenso en la tasa de mortalidad ajustada por edad fue alrededor del 44% en hombres y 51% en mujeres.

En este descenso de la mortalidad por enfermedad isquémica del corazón, observado igualmente en otros países desarrollados desde el inicio del último tercio de siglo XX, probablemente haya influido una menor incidencia de la enfermedad, como consecuencia de una menor exposición de la población a los factores de riesgo, junto a una mayor supervivencia de los enfermos, como consecuencia de una mejora en los tratamientos.

La mortalidad por enfermedad isquémica del corazón en España presenta un patrón geográfico característico, observándose una mortalidad más alta en el sureste y una mortalidad más baja en el norte. La única excepción es Asturias, que presenta una mortalidad relativamente elevada, y Madrid, que presenta una mortalidad relativamente baja. Ceuta y Canarias mostraron la mayor mortalidad por enfermedad isquémica del corazón en 2017 con una tasa un 45% y 28% superior, respectivamente, a la de España. Por su parte, Cantabria y Madrid fueron las comunidades autónomas con menor mortalidad por esta enfermedad: la tasa de mortalidad ajustada por edad por enfermedad isquémica del corazón en estas comunidades fue alrededor de un 25% inferior a la mortalidad del conjunto del Estado.

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