___La pandemia Covid-19 ha venido a demostrar que la Electromedicina y la Ingeniería Clínica ayudan al buen funcionamiento de los servicios sanitarios y a ser más eficientes en todo el ciclo de utilidad de los dispositivos médicos. Ello se traduce en mayor seguridad para el paciente y también en una mayor necesidad de invertir en tecnología sanitaria.

Los servicios de Electromedicina e Ingeniería Clínica de los centros sanitarios llevan tiempo apostando por la evolución en el sector de las tecnologías sanitarias que incluye todas aquellas tecnologías empleadas para diagnosticar, monitorizar o tratar las enfermedades y patologías que afectan a las personas. Además, por su carácter innovador, favorecen la introducción de mejoras en la calidad de la atención sanitaria administrada y en los resultados de los pacientes a través del diagnóstico precoz, la puesta en práctica de tratamientos menos invasivos y la reducción de las estancias en el hospital y durante los periodos de recuperación. Forman parte del arsenal de estos departamentos, entre otros, aceleradores lineales, PET, desfibriladores, ecógrafos, electrocardiógrafos, sistemas radiológicos, incubadoras y cunas térmicas, junto a una serie de equipos de monitorización, de anestesia, de ventilación y respiración, de laserterapia, de ultrasonido, de tratamiento del dolor, de neumología, de cardiología, y de electrocirugía, además. de sistemas de información clínica. A ello hay que sumar la asistencia técnica, tanto a nivel preventivo como correctivo, de los equipos de Electromedicina (equipamiento electromédico y de diagnóstico in vitro).

El crecimiento de los servicios de Electromedicina e Ingeniería Clínica en los próximos años va a ser muy importante de ahí, como señala el físico y secretario general de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC), José Domingo Sanmartín Sierra, "nos estamos preparando para la revolución tecnológica que, prácticamente, ya tenemos aquí. Para ello se requieren equipos multidisciplinares de profesionales bien formados y que sepan entender dicha revolución, integrados por físicos, informáticos, ingenieros de diversas especialidades y técnicos en Electromedicina".

Herramientas como la Inteligencia Artificial y la realidad aumentada aplicada a la colaboración para el diagnóstico y/o reparación en remoto, la comunicación entre dispositivos médicos y la impresión 3D son solo algunos ejemplos de la revolución tecnológica sanitaria puesta ya en marcha y que incide de pleno en este sector. Los cambios demográficos en todo el mundo y las enfermedades crónicas cada vez más presentes entre la población incrementan la demanda de dispositivos médicos de calidad, equipos de diagnóstico por la imagen y soluciones innovadoras en salud digital.

Los productos sanitarios que incorporan innovaciones tecnológicas tienen actualmente gran demanda, ya que garantizan la mejor atención para el paciente, incluso en su propia casa y mejoran su calidad de vida. Igualmente, la digitalización cobra cada vez más relevancia en el campo de la salud electrónica, donde los proveedores ofrecen soluciones de cara al futuro del sector de la salud electrónica. Es por ello que la inversión en este tipo de tecnologías está experimentando una fuerte tendencia al alza y podría mantenerse así en los próximos años.

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