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El 26,4% de los pacientes con covid persistente mejoran con la vacunación

En el marco del congreso SEMG se ha presentado el estudio sobre los efectos de la vacuna en COVID-persistente elaborado por la sociedad de los médicos generales y de familia.

18/06/2021

El 26,4% de los pacientes con covid persistente mejoran con la vacuna; el 18,3, todo lo contrario. Estos datos los ha extraído Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la SEMG. durante la presentación del estudio sobre los efectos de la vacuna en COVID-persistente elaborado por la sociedad científica y presentado en ...

El 26,4% de los pacientes con covid persistente mejoran con la vacuna; el 18,3, todo lo contrario. Estos datos los ha extraído Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la SEMG. durante la presentación del estudio sobre los efectos de la vacuna en COVID-persistente elaborado por la sociedad científica y presentado en el marco del XXVII Congreso Nacional de Medicina General y de Familia.

El documento se enmarca dentro de la primera etapa de la linea de trabajo que mantienen con el colectivo covid persistente, y en él han participado 47 sociedades y asociaciones. La razón de ser es que les preocupaba qué iba a pasar con la vacunación de estos pacientes, "puesto que muchos de ellos se habían contagiado en la primera ola, mantenían síntomas y tenían temor a vacunarse sin saber cómo iba a repercutir en el organismo", explica.

En la encuesta han respondido 273 personas. El 77% de ellos sanitarios, "puesto que la vacunación empezó por los profesionales de primera linea". El resto no son sanitarios, sino que pertenecen de otras líneas que se han ido vacunado. "Es importante tipificar esto porque la media de edad es un poco superior a la que habíamos registrado en la Guía de Covid Persistente, donde era de 43 años. Sin embargo aquí es de 47 años", apunta Rodríguez Ledo.

Expone, asimismo, que de los participantes se mantiene la misma progresión: el perfil del paciente sigue siendo mayoritariamente femenino, "pues, como estamos viendo, la covid persistente afecta sobre todo a mujeres". En la muestra de los 273 el 80% son mujeres, y de ellos, el 51% se contagiaron en marzo del año pasado, y el resto en octubre de 2020.

Por otro lado, la media de tiempo que llevaban manifestando síntomas era de un año. En cuanto a la intensidad de la enfermedad que tenían previa a la vacunación era de 6,93, es decir, "bastante intensa". Los síntomas son los mismos de siempre: astemia, malestar general, síntomas neurológicos como la cefalea, déficit de atención, disnea, dolores de todo tipo, etc. "Los días previos que habían mantenido sin síntomas de la vacunación eran muy pocos. Apenas 30 días en los 15 meses que llevaban de enfermedad. O sea, es gente sintomática casi continuamente", agrega.

Después de la vacunación requirieron baja laboral por los efectos secundarios más o menos la misma proporción que la población general. "No les afectó más la vacuna, pero sí que cuando les preguntamos los efectos concretos de la vacunación, el 18,3% manifestó que empeoraron en base a dolores y déficit de memoria y de la atención; el 26,4% mejoraron; y el 55% restante ni mejoraron ni empeoraron", concreta.

En palabras de la vicepresidenta de la SEMG, esto quiere decir que la vacunación es "un arma fundamental que debemos seguir aconsejando". No obstante, sabiéndolo, "es importante remarcar que hay un 26,4% que mejora y un 18.3% que empeora. Para nosotros en este sentido es fundamental señalar quienes son los que mejoran y quienes los que empeoran, para poder recomendar la vacunación conociendo los riesgos de empeorar".

Así pues, las principales variables según análisis previo que influyen en la mejoría o el empeoramiento de la vacunación son que la enfermedad haya debutado con muchos síntomas concomitantemente, que en los días previos a la vacunación sigan manteniendo muchos síntomas. Igualmente, el hecho de que se incorporen días previos síntomas nuevos que no tenían antes también hace que el resultado de la vacunación empeore. "Al final, cuanto más sintomáticos son y más inestable es la enfermedad y se incorporan síntomas nuevos continuamente (sobre todo días antes de la vacunación), es probable que esos pacientes tengan un empeoramiento con la vacunación. Todo lo contrario a la inversa", manifiesta.

Pero además, aquellos que tienen una clínica más fluctuante, o sea, con periodos más estables y otros en los que empeoran, tienen más tendencia a mejorar. "Esto es muy importante, porque al final lo que tenemos que saber para tratar a los pacientes es cuál es la causa que está detrás de todo esto. Y las hipótesis actuales nos indican que aquellos en los que el virus podría estar protegido dentro de su organismo es posible que que las vacunación les mejore. Por tanto, como siempre en medicina, lo importante es personalizar el consejo".

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